El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., ha anunciado este martes una decisión que marca un cambio drástico en la estrategia sanitaria de los Estados Unidos: la vacuna contra la covid-19 dejará de ser recomendada para niños sanos y mujeres embarazadas sin patologías previas. La medida ya ha sido retirada oficialmente del calendario de inmunización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Kennedy ha compartido el anuncio a través de sus redes sociales, acompañado por un vídeo donde aparece junto al director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), Jay Bhattacharya, y al comisionado de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA), el doctor Marty Makary. «Esto representa un avance hacia la recuperación del bienestar nacional, en línea con el compromiso del presidente de restaurar la salud pública en Estados Unidos», ha señalado el secretario en su publicación.
Esta revisión de las pautas de vacunación llega poco después de que la FDA comunicara su intención de limitar el uso de la vacuna a mayores de 65 años y personas a partir de los seis meses que presenten condiciones médicas que los sitúen en un grupo de riesgo. La agencia reguladora ha reconocido la necesidad de replantear su proceso de aprobación para estas inyecciones, abogando por un enfoque más centrado en la evidencia clínica y el riesgo individual.
En una columna conjunta publicada la semana pasada, Makary y el responsable de vacunas de la FDA, Vinay Prasad, criticaron el enfoque anterior adoptado por Estados Unidos, que ofrecía la vacuna universalmente a todos los ciudadanos a partir de los seis meses de edad. «Mientras que otros países desarrollados limitan sus recomendaciones a adultos mayores o a personas con comorbilidades, EE. UU. ha seguido un camino regulatorio excepcionalmente amplio», advirtieron.
Kennedy, por su parte, ha sido un firme defensor de un enfoque más riguroso y basado en datos para las políticas de salud pública. Ya había expresado su desacuerdo con las recomendaciones de la administración anterior, que impulsó refuerzos en niños sin una base clínica clara que lo justificara. «El año pasado se promovieron dosis adicionales para menores sanos sin contar con estudios concluyentes que avalaran esa estrategia», denunció el secretario.