Los medios han decidido que el atentado que estuvo a milímetros de costarle la vida al expresidente Donald Trump nunca sucedió. Asombrosamente, un acontecimiento que pudo cambiar la historia de Estados Unidos y del mundo despierta un nulo interés entre los avezados periodistas norteamericanos, que parecen querer pensar que con la muerte del tirador, Thomas Crooks, el caso está cerrado y enterrado.
Para su desgracia, sin embargo, hay gente que sigue investigando como si el caso tuviera alguna importancia. Por eso sabemos ahora que, según informa el New York Post, Thomas Matthew Crooks usó cuentas de mensajería en varias plataformas ubicadas en Bélgica, Nueva Zelanda y Alemania.
El diputado republicano Michael Waltz, uno de los 13 legisladores elegidos para formar parte del grupo de trabajo bipartidista de la Cámara de Representantes que investiga el asesinato frustrado, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa que las «cuentas en el extranjero» despertaron inmediatamente sus sospechas respecto de los motivos del tirador.
“¿Por qué un joven de 19 años que trabaja como asistente de atención médica necesita plataformas encriptadas que ni siquiera tienen su base en Estados Unidos, sino en el extranjero, donde la mayoría de las organizaciones terroristas saben que es más difícil para nuestras fuerzas del orden entrar?», preguntó.
«Esa es una pregunta que he tenido desde el primer día», manifestó el miembro republicano del panel, antes de criticar al Servicio Secreto de Estados Unidos y al FBI por negarse a publicar los hallazgos completos de su investigación sobre el atentado frustrado contra Trump.
