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se saldó sin víctimas y sin apenas daños

La Administración Biden tilda de «atentado nazi» el choque de una camioneta de mudanza contra la verja de la Casa Blanca

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Reuters
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Varsovia (Polonia). Reuters

Justo cuando un Biden acorralado en todos los frentes y con la popularidad por los suelos vuelve a recurrir al «coco» del «supremacismo blanco», una camioneta de mudanza se estrella contra la verja de la Casa Blanca y encuentran dentro una bandera nazi. De verdad, en serio.

Quizá tenga que ver con la huelga que mantienen los guionistas de Hollywood, pero el «Estado profundo» se está quedando sin ideas. Manca finezza, que dirían los italianos.

Empecemos con la versión oficial: agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos detuvieron al conductor de una camioneta de mudanzas en Washington el lunes por la noche después de que el vehículo se estrellara contra una barrera cerca de la Casa Blanca, según el comunicado oficial, que agrega que «ningún personal del Servicio Secreto o de la Casa Blanca resultó herido y la causa y la forma del accidente siguen bajo investigación».

El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, dijo más tarde en un tuit que una «investigación preliminar revela que el conductor pudo haber golpeado intencionalmente las barreras de seguridad en Lafayette Square», y agregó que se presentarían cargos por el incidente. Y justo cuando aparecen los periodistas, ¡tachán!, sacan de la cabina del conductor una bandera nazi y la exponen en el suelo, a tiro de los fotógrafos. Entiéndase: nazi, nazi. No una bandera con motivos nazis, sino la misma bandera que ondeaba en los edificios públicos en Alemania bajo el régimen nazi.

¿Qué más pruebas quiere la gente para coincidir con el presidente en que Norteamérica está bajo la amenaza de una poderosa malla de supremacistas blancos?

El problema es que hay demasiada gente que no acaba de creérselo. Para empezar, el conductor de la camioneta (que nunca estuvo ni cerca de suponer la menor amenaza para los moradores de la Casa Blanca) ha sido detenido y responde al muy supremacista nombre de Sai Varshith Vandula, con un aspecto que corresponde plenamente a lo que es, un hombre de origen indio.

Quizá no sea, estrictamente hablando, obligatorio ser blanco para ser un supremacista blanco, pero ya es raro que, de los dos últimos que han saltado a las portadas por sus actos violentos, ninguno responda precisamente a la imagen de WASP que uno tiene en mente. El anterior fue el perpetrador del tiroteo en un centro comercial de Texas, un hispano llamado Mauricio García, a quien se descubrió con tatuajes del día anterior con esvásticas según las imágenes descubiertas en las redes sociales en un oscuro sitio web ruso descubierto por un contratista de los «fact-checkers» de Bellingcat (CIA).

En redes sociales, especialmente en Twitter, los comentarios escépticos, e incluso burlones, son predominantes sobre este «atentado» sin víctimas ni apenas daños que ha aparecido en un momento tan oportuno con un guion y un reparto tan incoherente.

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