La Administración Trump ha decidido reducir de manera drástica los fondos destinados a Gavi, la alianza internacional para la vacunación cofundada y financiada por Bill Gates.
La medida, adelantada por The New York Times, forma parte del ajuste masivo en la política exterior estadounidense promovido por la Casa Blanca y ha sido revelada en un documento elaborado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El informe, que fue enviado al Congreso el lunes por la noche, expone qué proyectos seguirán adelante y cuáles no una vez expire el periodo de 90 días implantado por la Administración para paralizar la ayuda extranjera.
Más de 5.300 programas de cooperación internacional desaparecerán bajo el lema Estados Unidos Primero, incluidos fondos para la FAO —la agencia de la ONU que vigila enfermedades zoonóticas como la gripe aviar—. Se mantendrán de manera parcial algunos proyectos contra el VIH y la tuberculosis, y la ayuda alimentaria en zonas de guerra y desastres naturales.
«El interés nacional es la prioridad», ha declarado el Departamento de Estado al confirmar los recortes, señalando que las decisiones fueron revisadas una por una por el secretario Marco Rubio. «Cada adjudicación finalizada fue revisada individualmente para verificar su alineación con las prioridades de la agencia y la Administración, y las terminaciones se ejecutaron cuando el Secretario (Marco) Rubio determinó que la adjudicación era inconsistente con el interés nacional o las prioridades de la política de la agencia», ha detallado.
Según los documentos, sólo 898 de las subvenciones de USAID continuarán. Sin embargo, aún no está claro si la Administración Trump podrá cancelar unilateralmente todos sus planes; muchos de los intentos de recortar los fondos ya asignados por el Congreso están siendo impugnados en los tribunales.
Históricamente, Estados Unidos ha sido uno de los mayores donantes de Gavi, aportando alrededor del 13% de su presupuesto anual. La subvención ahora cancelada ascendía a 2.600 millones de dólares y estaba prevista hasta 2030.
Desde la Alianza aseguran que el recorte puede tener «consecuencias devastadoras» y apelan al Gobierno estadounidense a que reconsidere su postura. Según Gavi, unos 75 millones de niños se quedarán sin dosis básicas en los próximos cinco años.
El negocio de Gates con las vacunas
Bill Gates es una figura clave dentro del negocio global de las pandemias gracias a su implicación directa en organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la citada Gavi.
A través de su fundación, Gates financia alrededor del 10% del presupuesto tanto de la OMS como de Gavi, y también aporta a CEPI. Estas organizaciones trabajan de forma coordinada: la OMS declara la emergencia sanitaria, CEPI acelera el desarrollo de vacunas, y Gavi las compra y las distribuye. Todo este engranaje se sostiene, en parte, con el dinero de Gates, que no sólo financia estas estructuras, sino que también invierte directamente en las farmacéuticas que producen las vacunas.
Durante el covid, este sistema quedó al descubierto. Gates ya había invertido en empresas como BioNTech y Moderna antes de la crisis sanitaria. Cuando estalló la pandemia, estas compañías obtuvieron grandes beneficios, como en consecuencia hizo la Fundación Gates que, por ejemplo, aprovechó para vender acciones de BioNTech con un valor 15 veces superior a la su inversión inicial.
El modelo a seguir sería el siguiente: la OMS lanza la alarma, las farmacéuticas financiadas por Gates crean una vacuna, Gavi la distribuye a escala global y los beneficios terminan retroalimentando a la Fundación Gates. «Todo esto se presenta como filantropía, pero en la práctica es un sistema cerrado en el que Gates gana influencia, prestigio y dinero», detalla el profesor David Livermore a Daily Sceptic. Incluso en los países más pobres, las vacunas se imponen como prioridad, desplazando otras medidas básicas de salud pública como el acceso al agua potable.
Este montaje se refuerza con el apoyo de medios de comunicación que han recibido fondos de Gates y que evitan cuestionar su papel. Mientras tanto, la OMS, con cada vez más poder gracias al futuro Tratado sobre Pandemias, puede declarar emergencias que activan de manera automática el circuito de vacunas. Lo que se presenta como una cruzada por la salud mundial funciona, en realidad, como un modelo de negocio disfrazado de altruismo.