La Cámara de Representantes, controlada por el Partido Republicano, publicó ayer lunes un informe de casi 300 páginas en el que resume una investigación de año y medio sobre la conducta del presidente Joe Biden. Aunque afirman que Biden ha incurrido en comportamientos que justificarían un juicio político, dejan en manos del pleno de la Cámara la decisión final sobre si se debe proceder con la celebración de dicho juicio.
El informe, elaborado por los comités de Supervisión, Judicial y de Medios y Arbitrios, acusa al presidente Biden de haberse beneficiado económicamente a través de los negocios de su familia y de haber ocultado su manejo inapropiado de información clasificada mientras ocupaba el cargo. También critica al Departamento de Justicia por, supuestamente, gestionar de manera inadecuada la investigación sobre los problemas fiscales de Hunter Biden, hijo del presidente, y acusa a la Casa Blanca de obstruir la investigación al ocultar documentos y testigos clave.
En reacción al informe, la portavoz de la Casa Blanca, Sharon Yang, rechazó el proceso de destitución, calificándolo de inútil y costoso. Yang afirmó que, después de dos años y millones de dólares gastados, los republicanos de la Cámara no lograron probar sus «teorías conspirativas» y que, al final, su intento se convirtió en una vergüenza de la que muchos de sus miembros han tratado de distanciarse.
El representante Jamie Raskin, demócrata de Maryland y miembro destacado del Comité de Supervisión, elogió el informe republicano como una «exoneración total» del presidente Biden. Raskin argumentó que los ataques constantes contra Biden no solo han demostrado que no cometió ningún delito que justifique un juicio político, sino que han reafirmado la integridad y decencia del presidente.
Por su parte, el personal demócrata del Comité de Supervisión publicó un memorando en el que refuta las acusaciones republicanas, incluida una afirmación desacreditada de que Biden, como vicepresidente, presionó para destituir a un fiscal ucraniano con el fin de detener una investigación sobre Burisma, la empresa energética en la que Hunter Biden tenía un puesto en la junta directiva. El memorando recuerda que la destitución de dicho fiscal era parte de la política oficial de la administración Obama y otras naciones occidentales, que buscaban reducir supuestos problemas de corrupción en Ucrania.
Finalmente, el informe también menciona que la investigación sobre el manejo de información clasificada por parte de Biden fue supervisada por el fiscal especial Robert Hur, quien decidió no presentar cargos en su contra este año.
Sin embargo, desde el Partido Republicano están convencidos de que este presunto caso de corrupción podría haber influido en la decisión de retirar al actual presidente de la carrera electoral.
