La directora del Servicios Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, ha comparecido este lunes ante una comisión de la Cámara de Representantes y ha reconocido que el atentado contra el candidato presidencial republicano Donald Trump del pasado 13 de julio es «el fracaso operativo más importante del Servicio Secreto en décadas».
Cheatle ha comparecido ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, controlada por la oposición republicana, y ha trasladado sus condolencias a las víctimas del ataque: el exbombero Corey Comperatore asesinado y varios heridos más, incluido James Copenhaver y el propio Trump, ya que uno de los disparos le alcanzó en la parte superior de la oreja derecha.
La jefa del Servicio Secreto ha asegurado que moverá «cielo y tierra» para evitar que se repita un incidente como el de hace diez días. «Nunca dejo de pensar en qué tendríamos que haber hecho», ha apuntado, según recoge la cadena estadounidense CNN. «No puedo expresar con palabras lo orgullosa que estoy de las acciones del servicio que neutralizó al atacante y del equipo táctico que dio cobertura durante la evacuación», ha resaltado.
Sin embargo, ha contestado con evasivas a las preguntas clave como por qué no había agentes en el tejado desde el que disparó Crooks, si Crooks voló un dron antes del inicio del acto, o por qué no se intervino cuando los asistentes alertaron de su presencia y de que tenía un fusil. «Han pasado sólo nueve días desde este incidente y sigue habiendo una investigación en marcha. No voy a dar detalles sobre ese día», ha argumentado.
En su comparecencia, Cheatle ha revelado que el atacante fue identificado como «sospechoso», pero no como una «amenaza». Entonces le han preguntado por qué permitieron que se realizara el mitin si habían identificado al individuo como sospechoso. «Si se hubiera informado de que había una amenaza, el servicio jamás habría llevado al expresidente al escenario«, ha respondido.