Las acciones de Disney han caído un 49% desde que decidió volverse completamente woke hace aproximadamente tres años.
Mientras el mercado general ha subido un 15% en los últimos tres ejercicios, el precio de las acciones de la compañía de dibujos animados ha caído un 49%; y esta situación ha empeorado en los últimos 90 días con una caída adicional del 15%.
La compañía se volvió progre hace tres años, no sólo en lo referente a políticas de identidad o teorías ambientales, también se volvió woke en el ámbito sexual, lo que es aún más grave cuando proviene de una compañía que ofrece productos dirigidos a menores de edad.
La empresa, que se creó con el objetivo de proteger la inocencia de los niños y educarlos a través de valores universales como la honestidad, la bondad, el autosacrificio, el deber, el respeto a los mayores y la tolerancia, ha dado un cambio radical en sus contenidos.
Disney es ahora considerada por muchos como una empresa que quiere destruir la inocencia de sus hijos, «afeminarlos» o sexualizarlos. El gigante estadounidense atacó la ley promulgada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que prohibía adoctrinar en ideología de género en las escuelas, e incluso suspendió sus donaciones a ese estado. Una medida a la que DeSantis respondió con la supresión del régimen fiscal que Walt Disney mantenía desde 1967 y que le permitía ahorrarse cientos de millones en impuestos.
Esto no ha impedido que la compañía se esfuerce en promover los contenidos LGTBI. En el mes de junio y durante la celebración del Orgullo, su plataforma de vídeo cambió su logotipo por uno con los colores de la bandera trans y ofreció una sección especial denominada Pride en la que promocionaba contenido orientado a adultos, incluidos programas con temática drag queen.
El resultado no ha sido el esperado para Disney, al menos en términos económicos. En 2023, perdió al menos 750 millones de dólares con sus estrenos en salas de cine. Un año antes, en 2022 ya había perdido 106 millones con la película Lightyear y otros 152 millones con Strange World, ambas con temática woke.
