El Senado de Florida ha aprobado este miércoles retirar a Walt Disney el régimen fiscal especial con el que desde hace décadas controla unas 25.000 acres (más de 10.100 hectáreas) en el condado de Orlando, en el que se encuentran el parque temático y las instalaciones de la compañía.
Por 23 votos a favor y 16 en contra, el Senado, controlado por los republicanos, ha avalado el proyecto de ley que un día antes el gobernador, Ron DeSantis, pidió que saliera adelante. Ahora deberá ser la Cámara de Representantes la que vote retirar este estatus especial, entregado en 1967 a Disney y que ha permitido a la empresa ahorrarse cientos de millones de dólares en impuestos.
A través del Distrito de Mejora de Reedy Creek -en los límites de Orange y Osceola- se permitió que Disney, en una suerte de autogobierno, fuera responsable de establecer y mantener los servicios municipales, así como de emergencias, y no los contribuyentes de estos dos condados.
DeSantis, que en las últimas semanas había señalado a Disney, confirmó este martes que había pedido al Congreso que votara la posibilidad de acabar con todos estos distritos especiales que se promulgaron antes de 1968, «incluyendo el Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek».
Además de haber sumergido todos sus productos en la propaganda LGTBI, el director general de Disney, Bob Chapek, criticó duramente la ley con la que DeSantis quiere proteger a los niños del adoctrinamiento en las escuelas y se dirigió a sus accionistas para transmitirles la «decepción y preocupación» de la empresa por su aprobación. «Puede usarse para discriminar injustamente a los niños gays, lesbianas y no binarios y a sus familias», apuntó Chapek.