Para ser un país sometido al supremacismo blanco —versión oficial defendida por la propia administración—, Estados Unidos se comporta de una manera muy rara. No sólo está preparando pagar una inasumible suma en «reparaciones» a su población de color, sino que privilegia a esta minoría en la contratación de nuevos empleados en una proporción que, en cualquier otro contexto, se denunciaría como flagrante discriminación racista.
En 2021, el 94% de los nuevos puestos de trabajo en 88 empresas del índice bursátil S&P 100 fueron ocupados por «personas de color», según un análisis de Bloomberg.
Todo empezó con las algaradas de Black Lives Matter de 2020, que con la excusa de la muerte del delincuente habitual George Floyd en custodia policial se abonaron al incendio, la violencia y el pillaje en una veintena de ciudades norteamericanas en vísperas de las elecciones presidenciales. En consecuencia, muchas grandes empresas le vieron las orejas al lobo y anunciaron agresivas políticas de contratación de minorías.
Microsoft prometió duplicar su número de gerentes y altos dirigentes negros en Estados Unidos para 2025. Meta, entonces conocida como Facebook, se comprometió a aumentar su representación de «personas de color» en puestos de liderazgo en un 30% para el mismo año. Amazon se fijó una meta duplicar su representación de directores y vicepresidentes negros.
Un nuevo análisis realizado por Bloomberg de los datos de la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Estados Unidos encontró que muchas empresas avanzaron en tales promesas un año después de haberlas anunciado. En 2021, 88 grandes empresas aumentaron su plantilla colectivamente en 323.094 personas, y el 94% de esas personas pertenecían a minorías raciales, según el análisis.
La mayoría de esas incorporaciones se produjeron en puestos de menor nivel, como trabajadores y trabajadores de servicios. La proporción de roles ejecutivos, gerenciales y profesionales desempeñados por «personas de color» aumentó dos puntos porcentuales desde 2020, según Bloomberg.
