El Partido Republicano se han asegurado ya el control del Senado, con 51 de los 100 escaños. El control de esta cámara resulta particularmente crucial para la administración que asuma el cargo, ya que de ella depende la confirmación de los nombramientos del gabinete presidencial y de jueces federales y la ratificación de tratados internacionales.
El Senado estaba hasta ahora dividido, con 50 republicanos y 48 demócratas, junto con dos independientes que solían alinearse con los demócratas. Por este equilibrio, la vicepresidenta Kamala Harris tuvo que intervenir en más de una ocasión para romper numerosos empates en su rol como presidenta del Senado. Esta situación ha convertido el control del Senado en un asunto de primera relevancia para el futuro presidente, ya que, sin una mayoría favorable, los nombramientos de jueces de la Corte Suprema y acuerdos de política exterior, como los relacionados con Irán o Rusia, podrían enfrentarse a obstáculos significativos.
Las proyecciones ya han concedido la victoria a los republicanos en el Senado, en parte debido a la estructura del sistema electoral. Cada estado tiene derecho a dos senadores, independientemente de su población, lo que beneficia a los patriotas, ya que los demócratas suelen tener una base más amplia en los estados con mayor densidad poblacional.
Además de elegir al próximo presidente, los estadounidenses han votado la renovación de la Cámara de Representantes, donde están en juego los 435 escaños. Hasta ahora, los republicanos han controlado la Cámara con una estrecha mayoría, aunque la competencia se centra en unos 70 distritos calificados como altamente competidos. En varios de estos, los resultados podrían tardar días o incluso semanas, especialmente en California, donde el conteo es más lento debido a los procedimientos de votación por correo y recuento.
Si el Partido Republicano logra mantener su mayoría en la Cámara de Representantes, el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría verse facilitado. Trump, quien ha prometido reformas significativas en materia fiscal y migratoria, necesitaría el respaldo de ambas cámaras para avanzar en sus propuestas. Con el Senado encargado de ratificar nombramientos y aprobar tratados, el control de ambas cámaras sería clave para el expresidente.
El buen desempeño de Trump en el voto popular y los resultados iniciales en estas elecciones legislativas ofrecen a los republicanos una esperanza de retener su ventaja en la Cámara.