El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha anunciado este martes una reorganización integral del departamento que lidera para reducir la burocracia y recortar gastos, eliminando así aquellas oficinas o programas que entren en conflicto con los objetivos fijados por la Administración Trump.
«El problema no es la falta de dinero, ni tampoco de talento, sino más bien de un sistema en el que todo requiere demasiado tiempo, cuesta demasiado dinero, involucra a demasiadas personas y, muy a menudo, termina fallándole al pueblo estadounidense», ha indicado Rubio en un largo comunicado.
El secretario de Estado ha explicado que el objetivo es eliminar aquellas oficinas que dupliquen responsabilidades, combinar funciones específicas por regiones geográficas y suprimir «programas que no se ajusten a los intereses nacionales de Estados Unidos».
«La oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo se ha convertido en una plataforma para que activistas de izquierda lleven a cabo represalias contra líderes ‘antiwoke’ en países como Polonia, Hungría y Brasil, y transformen su odio a Israel en políticas concretas como embargos de armas», ha ejemplificado.