El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a poner a Dios en el centro del discurso político. Este Viernes Santo, a las puertas del Domingo de Resurrección, el presidente dirigió un mensaje a los cristianos de su país y del mundo entero, reivindicando la fe cristiana como columna vertebral de la nación.
«En el Domingo de Pascua, celebramos Su gloriosa resurrección y proclamamos, como lo han hecho los cristianos durante casi 2,000 años: ‘Él ha resucitado‘», afirmó el presidente en un vídeo difundido a través de sus redes sociales.
Trump subrayó el significado profundo de la pasión y la resurrección de Jesucristo, señalando que «a través del dolor y el sacrificio de Jesús en la cruz, vimos el amor y la devoción infinitos de Dios hacia toda la humanidad. Y en ese momento de Su resurrección, la historia cambió para siempre con la promesa de la vida eterna«.
Pero el mensaje del presidente no se limitó a lo espiritual. También lanzó un firme llamamiento a la unidad nacional bajo los valores fundacionales del cristianismo. «Al acercarnos a este alegre Domingo de Pascua, quiero desearles a los cristianos de todo el mundo una festividad feliz, hermosa y bendecida», expresó Trump. Y añadió con rotundidad: «Estados Unidos es una nación de creyentes. Necesitamos a Dios. Queremos a Dios. Y con su ayuda, haremos que nuestra nación sea más fuerte, más segura, más grande, más próspera, y mucho más unida que nunca«.
El presidente concluyó su mensaje con un deseo sencillo pero poderoso: «Gracias a todos, y que tengan una muy feliz Pascua«.