El 1 de septiembre de 2022, durante un partido de voleibol contra una escuela rival de Carolina del Norte en Estados Unidos, Payton McNabb, de 17 años, sufrió una grave lesión en la cabeza y en el cuello como resultado del ataque de un atleta masculino que se identificaba como transgénero.
«Ni yo ni nadie más en el equipo estábamos de acuerdo con que se le permitiera jugar y estuvimos en contra desde el principio», explicó en aquel momento McNabb, quien desde entonces se ha convertido en una de las principales denunciantes contra la inclusión de hombres en competiciones de mujeres en EE.UU..
La altura y la fuerza superior del atleta trans, aseguró McNabb, la obligaron a ella y a su equipo a jugar «de una forma defensiva». «Tuvimos que ajustar toda nuestra alineación y poner a nuestro mayor bateador en la primera fila, e incluso con eso, no pudimos pasar la pelota hacia atrás porque la golpeaba muy fuerte«, detalló.
Fue uno de esos fuertes golpes al balón el que dejó a McNabb inconsciente durante más de 30 segundos. Aunque una vez recuperada la conciencia la lesión parecía leve, una evaluación médica posterior reveló que el impacto de la pelota le había causado daños neurológicos que incluían una conmoción cerebral, problemas de visión y parálisis parcial en el lado derecho de su cuerpo.
McNabb, ahora estudiante universitaria, todavía sufre problemas neurológicos. Su denuncia se ha hecho viral en Estados Unidos y la ha convertido en una de las principales defensoras en el país de la justicia en los deportes de niñas y mujeres.
Ahora McNabb también ha querido unirse a la denuncias contra la participación de Imane Khelif de Argelia y Lin Yu-Ting de Taiwán en los Juegos Olímpicos de París. En declaraciones al diario Daily Mail ha considerado que es «repugnante» que el COI haya autorizado su participación.
«Antes era ilegal que los hombres golpearan a las mujeres, y ahora la gente lo pone en televisión y lo ve. Vivimos en una realidad muy extraña», ha denunciado.