Uno de los dos empleados de la Embajada de Israel en Estados Unidos que fueron asesinados el miércoles a tiros a las puertas del Museo Judío tenía también nacionalidad de Alemania. Las víctimas han sido identificadas como Yaron Lischinski y Sarah Milgrim, pareja y trabajadores ambos de la Embajada. Lischinski tenía pasaporte alemán y, según la Sociedad Germano-Israelí, vivió durante años en el estado de Baviera.
El canciller alemán, Friedrich Merz, se ha confesado «impactado» en su primera reacción al doble crimen, difundida en redes sociales. «En este momento, debemos dar por hecho que hubo una motivación antisemita», ha señalado el canciller, después de que la Policía estadounidense haya informado de que el principal sospechoso del ataque, ya detenido, gritó «Palestina libre» durante el procedimiento de arresto.
Los mensajes de condolencias también se han extendido a otros países de Europa como Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, ha hablado igualmente de «ataque antisemita». El mandatario galo ha ofrecido su pésame a su homólogo israelí, Isaac Herzog, y a los familiares y allegados de las dos víctimas. Por su parte, la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, ha dicho estar «impactada», resaltando en un mensaje en redes sociales que «no hay y no debería de haber espacio en nuestras sociedades».