Los colegios electorales de Países Bajos han abierto sus puertas este miércoles para unas elecciones generales convocadas de forma anticipada tras el adiós del ahora ex primer ministro Mark Rutte después de trece años al frente del país, lo que supondrá el inicio de una nueva era política.
Casi todos los colegios electorales estarán abiertos desde las 07.30 horas hasta las 21 horas, aunque algunos de ellos —en Zwolle y Castricum— se han mantenido abiertos desde medianoche para que acudan los votantes nocturnos.
Los neerlandeses acuden a las urnas esta vez tras la dimisión de Rutte por diferencias irreconciliables en el seno de la coalición de Gobierno, la cuarta desde que llegó por primera vez al poder, supuso el pistoletazo de salida de una carrera que reconfigurará la política neerlandesa.
Todo apunta a que el candidato Pieter Omtzigt, del partido de centroderecha Nuevo Contrato Social, formación fundada hace tan solo unos meses, será el principal rival del partido liberal conservador de Rutte, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), cuya candidata es Dilan Yesilgoz, actual ministra de Justicia e hija de refugiados turcos.
Al contrario que su predecesor y a pesar de su propia historia personal, Yesilgoz —que de hacerse con la victoria se convertiría en la primera mujer en ser nombrada jefa de Gobierno del país— no ha descartado trabajar con el líder populista antiinmimgración Geert Wilders, del Partido por la Libertad (PVV), a pesar de las «enormes diferencias» entre ambos.
Un total de 26 partidos concurrirán a la contienda electoral para hacerse con los escaños de un Parlamento que quedará, a todas luces, fuertemente fragmentado, una situación que podría desencadenar una larga ola de negociaciones para lograr la formación de un gobierno.
La configuración del Ejecutivo se convertirá así en un proceso más importante que la propia cita electoral y esto ha llevado a algunos diputados a intentar trazar de antemano líneas y alianzas antes de acudir a las urnas.
La sorpresa electoral podría venir, no obstante, de la mano de Omtzigt; el Nuevo Contrato Social ha irrumpido con fuerza, según las encuestas, y está llamado a revolucionar la política neerlandesa. Su líder goza de una creciente popularidad tras haber expuesto en 2019 un escándalo relacionado con los subsidios para el cuidado infantil después de que el Gobierno acusara de forma infundada de fraude a más de 20.000 familias.
El político neerlandés, católico practicante, ha abogado por un nuevo liderazgo que incluya la creación de un Tribunal Constitucional y ha defendido al matrimonio homosexual, si bien no ha mostrado una postura clara en torno al acceso al aborto. Además, Omtzigt ha abogado por «hacer política de manera diferente» y ha afirmado que su objetivo es reducir la inmigración, mejorar la seguridad financiera de las familias de bajos ingresos e introducir una reforma fiscal.
Aunque no descarta convertirse en el próximo primer ministro del país, ha dejado claro que su preferencia se encuentra en el Parlamento y ha negado en todo momento la posibilidad de trabajar con el ultraderechista Wilders, que sigue insistiendo en prohibir las mezquitas, el Corán y los colegios islámicos en todo el país.
Yesilgoz ha criticado esta falta de «ambición» por parte de Omtzigt y ha recalcado que ser líder es «tomar decisiones» y no «dudar eternamente o aparecer con fórmulas vagas». «Liderar este país es un honor, y no algo que haces a desgana. Si no quieres ser primer ministro, simplemente dilo», ha puntualizado.
Según las encuestas, el partido de Wilders se encuentra en cuarto lugar en intención de voto, por detrás de la alianza del Partido del Trabajo y los Verdes del GroenLinks (GL/PvdA) que encabeza el exvicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, que se ha convertido en uno de los pocos candidatos de izquierda que cuenta con apoyos significativos de cara a los comicios.