Comienza en Alemania el juicio a siete terroristas del Estado Islámico que se infiltraron en el país aprovechando el flujo humanitario de refugiados ucranianos. Las autoridades alemanas tardaron varios meses en descubrir que los perfiles de estos individuos no correspondían con los criterios de protección y asilo establecidos para los refugiados, y ordenaron su expulsión, aunque esta nunca se llevó a cabo.
En 2022, decenas de miles de ucranianos cruzaron las fronteras y fueron acogidos por los países vecinos. Ante esta situación, Bruselas activó la Directiva de Protección Temporal, un mecanismo de emergencia diseñado para situaciones excepcionales de afluencia masiva. No obstante, entre ellos, se infiltraron varios terroristas.
Ahora comparecen ante el tribunal acusados de terrorismo. En la causa se incluyen pruebas contundentes, como mensajes de chat encontrados en sus teléfonos que demuestran que estaban listos para llevar a cabo varios ataques. «Pronto habrá una bomba, si Dios quiere», dice uno de los mensajes de Ata A., quien recientemente descargó un juramento de lealtad al califa del Estado Islámico.
El turcomano Ata A. es especialmente agresivo y se le atribuye la responsabilidad de la muerte de un hombre en Kiev. Lideró el grupo terrorista, coordinando la planificación de varios atentados en Alemania, que incluyó la fabricación de bombas, la exploración de posibles objetivos y reuniones con otros islamistas.