«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
pese a las exigencias de alemania

Bélgica pone fin al abandono de la energía nuclear ante el temor a un apagón

Energía nuclear. Redes sociales

El Parlamento belga ha aprobado con una mayoría abrumadora el fin del abandono de la energía nuclear. En una votación decisiva, 120 diputados votaron a favor de prolongar la vida útil de los reactores existentes, frente a sólo ocho votos en contra y 31 abstenciones.

La decisión revoca el calendario fijado en 2003, cuando, al año siguiente de que el gobierno alemán de la CDU/CSU-FDP decidiera eliminar progresivamente la energía nuclear, Bélgica acordó cerrar sus centrales. En concreto, las plantas de Doel, cerca de Amberes, y de Tihange, debían cerrar este mismo año.

Ahora, el gobierno del primer ministro Bart De Wever planea incluso construir nuevos reactores. Bélgica cuenta en la actualidad con dos centrales y siete reactores, aunque tres de ellos ya han sido retirados de la red.

El replanteamiento comenzó por el temor a un apagón. La preocupación por el suministro estable de energía creció en el país, y la guerra de Rusia contra Ucrania fue el detonante final. Poco después de la invasión en 2022, el gobierno belga decidió posponer diez años el cierre de sus centrales. Hoy, va más allá y apuesta por ampliar la energía nuclear.

La decisión del Parlamento supone también un claro desafío a Alemania, que había exigido el cierre de las centrales nucleares belgas construidas en los años 70 y 80, alegando problemas como defectos en el hormigón. La planta de Tihange se encuentra a unos 60 kilómetros de la ciudad alemana de Aquisgrán.

Mientras tanto, Alemania sigue sumida en su crisis energética tras haber clausurado sus tres últimas centrales nucleares el 15 de abril de 2023. En pleno encarecimiento del gas y con una dependencia cada vez mayor de fuentes externas, Berlín renunció al último bastión de independencia energética que le quedaba.

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