El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, considera «bueno» y «un paso al frente positivo» el acuerdo preliminar sobre el «brexit» y reprocha al PP que convierta en críticas al Gobierno actual su propio «fracaso» cuando intentó en vano la cosoberanía de Gibraltar.
Borrell, en declaraciones tras la presentación del Programa Iberoamericano de Derechos de Personas con Discapacidad, rechazó las críticas del principal partido de la oposición en España y subrayó que el Ejecutivo que preside el socialista Pedro Sánchez ha conseguido que en el acuerdo del «brexit» haya un protocolo anexo al Tratado que regula cómo será la salida de Gibraltar de la Unión Europea (UE).
Es «la primera vez que en los textos de la Unión se incorpora un acuerdo» con España «sobre cómo abordar la situación de Gibraltar», subrayó el ministro, antes de añadir que la semana próxima se van a negociar además unos memorandos adicionales.
«No veo dónde está el fracaso», afirmó Borrell, antes de recordar que, con el anterior Gobierno del PP, el entonces ministro de Exteriores José Manuel García Margallo propuso la cosoberanía del Peñón, pero «los británicos dijeron que no estaban dispuestos a negociarla».
Las críticas del PP
Poco antes de estas declaraciones de Borrell el PP había anunciado que pedirá la comparecencia urgente del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, para que explique el «pésimo acuerdo sobre Gibraltar» que, según los populares, supone el «mayor fiasco de la política exterior española en los últimos cien años».
Así lo considera el secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del PP y portavoz de Exteriores del grupo popular, José Ramón García Hernández, quien en declaraciones en el Congreso ha señalado que en su partido están «alarmados» por lo que se conoce del acuerdo.
Ha lamentado que lo único que se recoge en el acuerdo sobre Gibraltar son «directrices para que las autoridades del Reino Unido y de España vayan a favor de la transparencia» o se insta a que se creen mecanismos». «Es un fracaso absoluto», ha añadido.
Tras recalcar que el PP no se puede quedar de brazos cruzados y por eso pide la comparecencia urgente del ministro, García Hernández ha considerado una «vergüenza» que el Gobierno dijera que no iba a suponer ningún obstáculo al acuerdo, porque «los intereses españoles hay que defenderlos hasta las últimas consecuencias», y no se puede consentir la «inacción» del Ejecutivo en este asunto.
En el protocolo sobre Gibraltar, ha continuado, se dejan «todos los flecos totalmente abiertos» y «se renuncia a la cosoberanía» sobre todo en lo referente al aeropuerto, además de que se proponen algunas medidas fiscales «como si aquello fuera una solución».
Por otro lado, el portavoz popular ha recordado que la disparidad de renta entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar es una de las mayores del mundo, por eso también ha lamentado que se no se haya aprovechado esta oportunidad para reducir esa brecha.
Y ese, ha dicho, es «otro error tremendo» y otra muestra de la «absoluta desconexión» entre la Junta de Andalucía que preside Susana Díaz y el Gobierno de Pedro Sánchez.
En definitiva, el diputado del PP ha lamentado que el Gobierno haya renunciado a una «oportunidad histórica» y a la ventaja que logró el anterior Gobierno en el Consejo Europeo de abril de 2017, al arrancar el compromiso de que cualquier acuerdo concerniente a Gibraltar debía tener el visto bueno de Reino Unido y España.
Que se haya renunciado a la cosoberanía y a esa ventaja es un error de una dimensión que deja «en muy mal sitio» tanto la «supuesta inteligencia de un ministro mínimo de asuntos exteriores» como la del secretario de Estado, ha añadido García Hernández.
Los trabajadores del Campo de Gibraltar
La Línea de La Concepción, donde residen unos 11.000 de los 13.500 trabajadores que cada día pasan el paso fronterizo para ir al Peñón a trabajar, es la localidad del Campo de Gibraltar que más se verá afectada por las consecuencias del «brexit».
Y por eso, en esta población, que tiene en el paro a 8.400 de sus cerca de 65.000 vecinos, miran con atención el protocolo acordado entre el Reino Unido y la Unión Europea.
Aunque el acuerdo ha llevado cierta «tranquilidad», no ha acabado con la incertidumbre.
«Mi preocupación es que acabe provocando una huida de empresas desde Gibraltar hacia otros territorios de la UE y que eso acabe provocando despidos y un incremento del desempleo», dice el alcalde de la Línea de La Concepción, Juan Franco.
Porque Gibraltar, además de empleo, también genera «una economía indirecta en la ciudad», ya que el consumo de los trabajadores transfronterizos (tanto de los empleados en la obra pública o en el sector servicios como empleados de hogar o camareros, como el sector financiero, de seguros o del juego online) repercute en beneficios para las pequeñas y medianas empresas de la localidad.
El alcalde de La Línea también considera que el incremento de impuestos en la colonia al tabaco, el alcohol o la gasolina repercutirá en la zona, especialmente para reducir uno de sus históricos problemas, el contrabando de cigarros.
«No creo que se acabe de erradicar, pero sí espero que se aminore», señala el alcalde.
También está satisfecho de que el protocolo contemple la creación de comités de coordinación: «Una vez que funcionen podremos opinar, pero espero que sirvan para que el problema que se dé, en el ámbito que sea, tenga una atención más temprana, y que se trate por gente de la zona, que conozca la realidad del día a día».
«Yo estoy un poco mas tranquilo», dice mientras señala que espera que el Gobierno de España «tome nota» de la situación de La Línea y «haga realidad el famoso Plan Especial tantas veces anunciado» para la localidad.
Para la Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Asteg) el protocolo concreta puntos que ya adivinaban, como que circularán libremente por el paso fronterizo y que se mantendrán sus actuales derechos, pero deja en el aire sus principales caballos de batalla, sus históricas reivindicaciones.
«Nosotros el ‘brexit’ lo llevamos viviendo desde hace muchos años», indica el presidente de la asociación, Salvador Molina.
«Nunca hemos sido reconocidos como trabajadores transfronterizos en Europa, nunca. Esa ha sido siempre nuestra queja, es como si fuéramos a Marruecos a trabajar», dice Juan José Uceda, portavoz de Asteg.
Salvador Molina lo explica con ejemplos: «Si yo vivo en los Pirineos y trabajo diez años en Francia o vivo en Ayamonte y trabajo diez años en Portugal, me contabilizan como cotizados en España. Pero en Gibraltar no».
