La ciudad-estado de Bremen, gobernada por una coalición de socialdemócratas, verdes y la izquierda, se ha convertido en la primera región en impulsar formalmente la ilegalización del partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD).
La coalición liderada por Andreas Bovenschulte, del Partido Socialdemócrata, quiere llevar el caso ante el Tribunal Constitucional, con el apoyo del Gobierno federal y una ofensiva coordinada en el Bundesrat, la Cámara alta del Parlamento alemán.
Reacciona así a la reciente clasificación de AfD como grupo «extremista» por parte del servicio de inteligencia alemán, una medida que la propia AfD ya ha impugnado ante los tribunales denunciándola como un caso de «persecución política».
«Queremos evitar que algún día se nos acuse de haber actuado demasiado tarde», ha declarado el líder del grupo parlamentario socialdemócrata, Mustafa Güngör, al presentar la medida. Asegura que AfD representa «una amenaza real para el orden democrático». Todos los partidos de la coalición firmaron la moción urgente sin dudarlo, subrayando su determinación de mantener la presión para «ilegalizar» al hoy primer partido de Alemania, según los sondeos.