El pleno del Parlamento Europeo ha respaldado este miércoles endurecer las normas de calidad del aire en el territorio de la Unión Europea con límites más estrictos para los principales contaminantes (como las partículas finas o el dióxido de nitrógeno) con el objetivo de allanar el camino al reto ya asumido de alcanzar una contaminación cero en el horizonte de 2050.
La ley revisada para mejorar la calidad del aire en la UE con el fin de lograr un medio ambiente limpio y saludable para los ciudadanos europeos, que establece un límite más estricto para 2035 y valores objetivo para varios contaminantes, incluidas las partículas (PM2,5, PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono O3) ha sido respaldada por 363 eurodiputados frente a 226 en contra y 46 abstenciones.
Las nuevas normas, que aún deben negociarse con el Consejo para dar forma al texto final de la ley, garantizarán que la calidad del aire en la UE no sea perjudicial para la salud humana, los ecosistemas naturales y la biodiversidad y alinearán las normas de la UE con las directrices sobre calidad del aire más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Asimismo, en base a la propuesta legislativa presentada por la Comisión en octubre de 2022, los eurodiputados han subrayado que las normas de calidad del aire que plantea Bruselas deberían ser un objetivo intermedio que debe alcanzarse lo antes posible, a más tardar en 2030.
El texto subraya, además, la necesidad de aumentar el número de puntos de muestreo de la calidad del aire, mientras que en los lugares donde es probable que se produzcan concentraciones elevadas de partículas ultrafinas (UFP), carbono negro, mercurio y amoníaco (NH3), debería haber un punto de muestreo por cada millón de habitantes, cifra superior a la propuesta inicialmente por la Comisión de uno por cada cinco millones y, en ese caso, sólo para partículas.
La Eurocámara también ha pedido que se armonicen los índices de calidad del aire, que considera «fragmentados y poco intuitivos», en toda la UE para que estos sea comparables, claros y estén disponibles públicamente, con actualizaciones cada hora para que los ciudadanos puedan protegerse durante niveles elevados de contaminación del aire y antes de que se alcancen los umbrales de alerta obligatorios.
Asimismo, el Parlamento quiere que los ciudadanos cuya salud se vea perjudicada tengan un mayor derecho a una compensación cuando se infrinjan las nuevas normas.