«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Golpeó dos veces con un casco de moto al político socialista Boris Faure

Condenado un exdiputado francés de origen marroquí por golpear a un rival político con un casco de moto

El exdiputado del partido de Macron, M'jid El Guerrab. Redes Sociales

El exdiputado macronista de origen marroquí, M’jid El Guerrab, ha sido condenado definitivamente esta semana a un año de prisión por el Tribunal de Casación francés. El tribunal rechazó el recurso de El Guerrab, lo que confirma la sentencia y la hace firme e inapelable. La condena se debe a una agresión en la que El Guerrab golpeó dos veces con un casco de moto al político socialista Boris Faure, dejándolo varios días en cuidados intensivos.

El incidente tuvo lugar el 30 de agosto de 2017 en París, cuando una discusión entre El Guerrab y Faure escaló a una confrontación violenta a las puertas de un café en el distrito 5. La disputa surgió a raíz del malestar de Faure por la decisión de El Guerrab de abandonar el Partido Socialista para unirse a la formación de Emmanuel Macron, La République En Marche, bajo cuya bandera ganó un escaño en la Asamblea Nacional en las elecciones legislativas de 2017. Durante el altercado, El Guerrab golpeó a Faure con un casco de scooter, causándole un traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral que requirió cirugía de emergencia y tres días de cuidados intensivos.

El caso generó un gran revuelo en Francia en su momento, y en septiembre de 2017, El Guerrab renunció a su militancia en La République En Marche, declarando que lo hacía «para no obstaculizar el trabajo de la mayoría parlamentaria». A pesar de su renuncia al partido, continuó ocupando su escaño en el Parlamento. En un comunicado, expresó su «sincero pesar» por el desenlace de los hechos.

Aunque la agresión le obligó a dejar su cargo como diputado, El Guerrab ha seguido apareciendo en el escenario público, y su última presencia fue durante el viaje de Emmanuel Macron a Rabat a finales de octubre. Esta condena, sin posibilidad de apelación, marca un punto final en el caso que ha seguido resonando en la política francesa.

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