El comisario de Justicia y Estado de derecho, Michael McGrath, realizará la próxima semana una visita de dos días a Hungría para «examinar la salud democrática del país» en reuniones con el Gobierno de Viktor Orbán, la judicatura y la «sociedad civil», y que coincide con la decisión de impedir el «orgullo LGTBI» para proteger la integridad de los niños.
Bruselas, por el momento, se resiste a tomar posición sobre el contenido de la norma porque «estamos analizando la legislación antes de poder pronunciarnos de manera definitiva», ha dicho en una rueda de prensa la portavoz jefe del Ejecutivo de Ursula von der Leyen, Paula Pinho.
Los servicios comunitarios ya denunciaron ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) la ley promovida por Budapest contra la pedofilia y la protección del menor. La portavoz consideró este viernes prematuro adelantar si esta nueva norma podría ser incluida en el caso abierto ante la Justicia europea-
En este contexto, el comisario McGrath estará en suelo húngaro el lunes y el martes de la próxima semana para «hacer seguimiento» del informe anual sobre Estado de derecho cuya última versión se publicó el pasado julio y que, en el caso de Hungría, señalaba la «preocupación por la deriva antidemocrática y la necesidad de reformas para corregirlo».
Así las cosas, McGrath se verá el primer día con el ministro de Justicia, Bence Tuzson; el ministro de Asuntos Europeos, János Bóka; el presidente del Tribunal Supremo, András Zsolt Varga; el Fiscal General, Peter Polt; y con el presidente del Consejo Judicial Nacional, Csaba Pecsenye.
También se reunirá con los responsables —globalistas— en Hungría del programa financiado con fondos comunitarios ‘Igualdad, Derechos y Valores de los Ciudadanos Europeos (CERV, por sus siglas en inglés) y espera también establecer un diálogo con «organizaciones de la sociedad civil».