La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, confirma su compromiso de ‘representar’ a su militancia tras haber sido elegida como diputada.
Se presentó como el ‘reformador de la política’ y ganó, pero ahora tendrá que demostrarlo sobre el papel.
El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha presentado su programa reformador a los diputados y senadores en el Palacio de Versalles este lunes. Sin embargo, las reacciones no se han hecho esperar.
Las primeras la del líder izquierdista, Jean-Luc Mélenchon, que decidió no acudir al acto para no participar en tal «exhibición de narcisismo» y para no escuchar al que, según dice, se ha convertido en el «nuevo rey en el palacio». Sin embargo, no ha sido el único que ha criticado duramente tanto el acto como las palabras del propio Macron.
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, también ha querido hacer balance del evento al que acudió por primera vez como diputada de la Asamblea Nacional. En una extensa entrevista para el canal FranceInfo, la excandidata a la presidencia, -se enfrentó en la segunda vuelta con Emmanuel Macron-, ha insistido en que en el acto no se especificaron ninguna de las medidas y que los diputados»salieron igual que entraron».
«El discurso fue largo y decepcionante». Así ha calificado la representante de la derecha alternativa la intervención del recién erigido presidente de la República en el Palacio de Versalles. No obstante, su tono se ha ido endureciendo más y más.
«Nos acercamos a los primeros 100 días de gobierno de Macron y aún no ha hecho nada», ha asegurado. Por ello, Marine Le Pen ha querido enviar un mensaje a su militancia: «Nuestro objetivo es el de representar a los 11 millones de electores que apoyaron mi candidatura a la presidencia».
Las promesas de Emmanuel Macron
Impulsar una mayor proporcionalidad en el sistema electoral, reducir el número de parlamentarios o crear una nueva ley de seguridad para levantar en otoño el Estado de Emergencia. Esas han sido sólo algunas de las propuestas que ha presentado Emmanuel Macron bajo la consigna «Francia no se reforma, se transforma».
Sin embargo, la concreción en las propuestas brilló por su ausencia. Aun así, el presidente de la República recalcó que «él sí cumplirá sus promesas» después de una «década de agitación y de pasividad», aseguró en referencia a los gobiernos de Nicolás Sarkozy y de François Hollande.
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