Tras las violentas algaradas sufridas por toda Francia a principios de verano, censuradas por los grandes medios internacionales, la abrumadora mayoría de los franceses ha entendido que su presidente, Emmanuel Macron, no va a protegerles.
No es por falta de esfuerzos retóricos. Macron se puso el disfraz de tipo duro tras las violentas revueltas, insistiendo cada vez que aparece en los medios que lo que ahora necesita Francia es «orden, orden, orden», como afirmó recientemente en televisión. Pero ya no cuela.
Según una nueva encuesta del Instituto CSA para el medio de noticias CNEWS, el 70% de los ciudadanos no confía en el presidente para restablecer, mantener y preservar el orden público, pese a la promesa de Macron tras seis noches de disturbios que afectaron a más de 220 pueblos y ciudades de todo el país y causaron más de 1.000 millones de euros en daños.
En franceses de todas las edades reina la desconfianza en la capacidad de Macron en este sentido, con un 78% en las personas de 35 a 49 años y un 76% en las de 25 a 34 años. Entre las personas de 50 a 64 años y las de 65 años o más, el 63% y el 62%, respectivamente, también informaron que no confiaban en él. Mientras tanto, los niveles de desconfianza fueron más bajos entre los jóvenes de 18 a 24 años, con un 59%.
La convicción de que Macron no puede hacer frente a estas explosiones nacidas de una irresponsable política de inmigración masiva durante décadas se extiende por todo el espectro ideológico. Así, el 81% de los partidarios de La France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon, sorprendentemente, tampoco cree que Macron pueda garantizar el orden público. Por supuesto, el 93% y el 92% de los votantes de la Reconquista de Eric Zemmour y de la Agrupación Nacional de Le Pen opinan lo mismo.
