Ni las reuniones bilaterales España-Alemania, ni la creación de un Centro Conjunto de Coordinación de rescates… La ausencia de política migratoria y el efecto llamada de mensajes electoralistas continúa empujando a decenas de africanos al mar.
Las organizaciones humanitarias Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterránée han reclamado ‘a Europa’ un puerto seguro y «lo más cercano posible» para desembarcar a los 141 inmigrantes que salvaron en el mar y que están a bordo del Aquarius.
Los inmigrantes, que fueron recogidos en dos operaciones distintas el pasado viernes y permanecen a bordo de la nave Aquarius, proceden de países como Bangladesh, Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria o Senegal. Ahora, las organizaciones implicadas en el rescate reclaman a los Gobiernos europeos que «otorguen un puerto seguro lo más cercano posible, de acuerdo con el Derecho Marítimo Internacional, donde puedan desembarcar las personas rescatadas». De esta forma, una vez desembarcados los inmigrantes, su barco podrá «seguir brindando una asistencia humanitaria que se requiere con urgencia».
Salvini, firme en su política migratoria
Las ONG aseguraron haber contactado con las autoridades competentes, incluidos el centro de coordinación de rescate marítimo (RCC) italiano, maltés y tunecino así como el Centro Conjunto de Coordinación de Rescates libio (JRCC).
Según su relato, éste último se presentó como la autoridad encargada de la coordinación pero rechazó ofrecer un puerto seguro y pidió que se dirigieran a otro centro por lo que el barco decidió poner rumbo hacia el norte.
A bordo están los 25 inmigrantes salvados en la primera operación, de los que 16 eran hombres y 9 mujeres, una de ellas embarazada, procedentes de países como Bangladesh, Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria o Senegal.
También los rescatados en la segunda operación, 116 inmigrantes que viajaban en una barcaza de los que 78 eran varones, 38 mujeres, una de ellas encinta, y entre ellos había 67 menores no acompañados, todos de Eritrea, Somalia, Marruecos y Egipto.
El doctor de MSF a bordo, David Berversluis, ha explicado que desde el rescate se han estudiado las condiciones médicas de los inmigrantes para, en primer lugar, tratar eventuales enfermedades crónicas.
Durante sus exámenes ha detectado numerosos casos de desnutrición, con problemas derivados de la deshidratación y que requieren de tratamiento médico continuado.
El coordinador del proyecto para MSF, Aloys Vimard, acusó a la Unión Europea de «concentrar todos sus esfuerzos en la creación de un Centro Conjunto de Coordinación de Rescates en Libia pero lo ocurrido este viernes refleja bien su incapacidad para coordinar integralmente una operación».
Por el momento el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, ya ha advertido de que el Aquarius no llegará a un puerto italiano, siguiendo así su estrategia de prohibir el atraque de los barcos de las ONG con inmigrantes.
El pasado junio, la negativa de Italia y Malta de permitir el atraque del Aquarius con 630 inmigrantes obligó a la embarcación a dirigirse al puerto español de Valencia (este).
MSF y SOS Mediterranée expresaron su «extrema preocupación» por las políticas europeas que «obstaculizan la asistencia humanitaria y que han provocado un número vertiginoso de muertos en el mar en los últimos meses».
De hecho denuncian que algunos de los rescatados han declarado que durante su travesía en pateras se encontraron con cinco naves diferentes antes del Aquarius, pero ninguna les socorrió.
Las costas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.
Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), vinculada a la ONU, más de 171.635 inmigrantes irregulares lograron cruzar a Europa en 2017, mientras que 3.116 desaparecieron en el mar.