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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Aquarius rechazó la ayuda ofrecida por el Gobierno italiano

Frente a la versión oficial, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, desmontó en el Senado italiano las mentiras que se han difundido sobre el caso Aquarius.

También en el terreno nacional, pero sobre todo en la información internacional, allí donde es poco probable que el lector o televidente español tenga conocimientos o interés por profundizar más, donde las fake news reinan supremas.

Pero el fascinante giro de guión en todo esto es que esas noticias falsas -o, como poco, groseramente manipuladas- no proceden, como pretende la campaña de los grandes medios, especialmente Prisa en nuestro país, de redes sociales u oscuros blogs de origen probablemente ruso, sino exactamente de esos grandes grupos mediáticos que ponen el grito en el cielo. Y ese es exactamente su afán en todo esto: acallar las voces que, por primera vez en demasiadas décadas, les permiten imponer la visión que quieren que usted, lector, tenga del mundo.

Vamos con un ejemplo concreto: Italia, su nuevo Gobierno ‘populista’ y el tratamiento inhumano dado a la nave de rescate Aquarius, a la que no dejaron desembarcar en ningún puerto italiano y a la que tan generosamente acogió nuestro generoso Pedro Sánchez. Solo que hay poco de lo que dijo que sea cierto. La verdad oficial vendría a ser algo así: los italianos, en unas elecciones condicionadas por las fake news coordinadas desde el Kremlin, eligen a dos partidos populistas, uno de ellos -la Liga Norte- rabiosamente xenófobo, que consiguen ponerse de acuerdo para formar gobierno. Este gobierno, pesadilla de demócratas bienpensantes, decide por puro racismo impedir la entrada en el país de africanos. Así, cuando un barco de una heróica ONG, el Aquarius, rescata a unos subsaharianos que navegaban a la deriva por el Mediterráneo y pide auxilio a las autoridades italianas, esta, en desalmada violación de todas las leyes divinas y humanas, no solo se niega a prestar ayuda a una nave en una situación de emergencia sino que le niega el desembarco en sus puertos, aceptando que sea España la que acoja a los malhadados migrantes. Naturalmente, nada es verdad, empezando por el hecho de que ningún español podría creer que el blog de un desconocido o un comentario en Twitter en un castellano más o menos forzado podría decidir más su voto que lo que lea en su diario o vea en RTVE. Y siguiendo por todo lo demás.

La versión de Salvini

Matteo Salvini, líder de la Liga Norte y ministro vicepresidente del Interior, se estrenó en el Senado del país vecino precisamente llamado a explicar todo el asunto. Que a usted no le hayan llegado las explicaciones, a pesar de tratarse de una intervención parlamentaria oficial de un ministro, indica el nivel de fake news a que nos someten quienes denuncian las fake news.

No es verdad, por ejemplo, que las ONG que operan barcos como el Aquarius se dediquen a rescatar balsas a la deriva en mitad del mar, sino que se ponen de acuerdo con los traficantes de seres humanos para recoger a los inmigrantes en unas coordenadas concretas, casi siempre muy próximas a las costas libias de partida, haciendo la función de servicios de ferry gratuitos.

Sí es verdad que Salvini recibió el duro reproche de otros mandatarios europeos, especialmente de Macron, el presidente francés. Y con el reproche de Macron empezó precisamente el ministro su intervención en la Cámara. «Del 1 de enero al 31 de mayo de este año, Francia ha rechazado en la frontera con Italia a 10.249 seres humanos, entre ellos mujeres, niños y discapacitados», recordó Salvini. «Sobre la base de los acuerdos de 2015, Francia se había comprometido a acoger a 9.816 inmigrantes; ha acogido a 640, por lo que pedimos al presidente Macron que pase de las palabras a los hechos».

Porque en todo esto hay muchas palabras y se ocultan muchos hechos. A continuación, Salvini da un detallado informe de lo que fue sucediendo aquellos días. Pero le cedo la palabra:

Recuerda Salvini que, en respuesta a la llamada de socorro del Aquarius, «mi primera reacción fue poner a resguardo a las mujeres y los niños. No tuvimos respuesta, así que la emergencia no debía de ser tan grave. El 10 de junio ofrecimos en dos ocasiones -a las 12.11 y a las 14.00- la disponibilidad de las autoridades italianas para desembarcar en territorio nacional las personas necesitadas de ayuda, disponibilidad que se atendió. (…) Mi objetivo es salvar vidas, evitar que estas personas huyan para meterse en balsas de goma que los traficantes echan al mar para que las recojan. (…) Estoy harto de que mueran niños en el Mediterráneo porque alguien en Italia les engaña diciendo que allí tienen un futuro, harto de los muertos de Estado».

Salvini señaló que el Aquarius estuvo casi permanentemente escoltado con embarcaciones de la Armada italiana con material médico y alimentario a disposición de la nave de rescate. Tuvo también irónicas palabras para Sánchez, agradeciéndole su generosidad y recordándole que, para ponerse al nivel de generosidad de Italia en este aspecto, aún tendrían que hacerse cargo de cien Aquarius más.

Y termina:

«Ya es hora de que los Estados vuelvan a ser Estados, no es posible que sean asociaciones privadas financiadas quién sabe por quién los que impongan los niveles y modos de la inmigración. (…) Cuando leo que detrás de la Open Society Foundation está Soros, me entran algunas dudas sobre lo espontáneo de su generosidad».

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