El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha hecho un llamamiento a la prudencia tras las últimas palabras del expresidente norteamericano, Donald Trump, alertando sobre la inseguridad de Europa: «Nadie debería jugar con la seguridad de Europa», ha respondido en rueda de prensa junto al primer ministro polaco Donald Tusk.
Pese a la censura de las palabras de Trump, el canciller Scholz ha aprovechado estos días para visitar una fábrica de armas en Untelüss, al norte de Alemania. Allí habló de las instalaciones como una «señal» que debe seguir el continente: «Debemos abandonar la industria manufacturera y centrarnos en la producción de armamento a gran escala», puesto que es «una necesidad urgente».
En un cambio de rumbo, el líder del Ejecutivo alemán ha explicado que «por muy dura que sea esta realidad, no vivimos en tiempos de paz», en una clara referencia a las «ambiciones imperiales» del presidente ruso Vladimir Putin. «Quien quiere paz debe lograr disuadir a eventuales agresores», ahondó durante su rueda de prensa.
Así, reclamando una colaboración «más estrecha» en Bruselas, Scholz ha manifestado que «una Defensa fuerte requiere una base industrial sólida. Esta verá la luz si nosotros, los europeos, reagrupamos nuestros encargos […] y le damos a la industria perspectivas para los próximos diez, veinte o treinta años». Su nueva propuesta lo es a largo plazo, y ha sido aplaudida por su principal oposición, la CDU.
