El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha anunciado un nuevo estatuto para «regular» la actividad de los imanes en Francia y «luchar contra el estereotipo» de que el islam «es una religión de extranjeros, para extranjeros y financiadas por extranjeros».
Darmanin ha dicho querer responder a una petición de la comunidad musulmana y de los imanes, que hoy «no reciben una remuneración adecuada». «Aún queda un gran esfuerzo por hacer para que los creyentes (musulmanes) en Francia cuenten con dirigentes religiosos mejor formados, con una remuneración digna y plenamente integrados en la sociedad francesa», ha agregado.
«El 60% de los musulmanes en Francia nacieron en Francia y es una religión francesa como cualquier otra», ha señalado durante un discurso en el Foro Francés del Islam (FORIF).
En su intervención, ha recordado que desde que asumió el cargo ha cerrado lugares de culto «radicalizados» en los que el islam «había sido desviado con fines políticos».
Y ha prometido duplicar hasta un millón de euros al año los fondos destinados a proteger las mezquitas. Asimismo, ha denunciado que en 2023 aumentaron un 30% (hasta 242) los «actos antimusulmanes» y que «más de la mitad» de estos actos se cometieron durante los últimos tres meses, «lo que demuestra que el conflicto en Medio Oriente Oriente tiene resonancias evidentes» en Francia.
¿Es compatible el islam con la sociedad francesa?
Los franceses creen que hay demasiados extranjeros en el país (63%), señalan que Francia «ya no es como antes» (64%) o declaran que los inmigrantes no hacen los suficientes esfuerzos por integrarse en Francia (66%), según un sondeo de Ipsos publicado antes de las últimas presidenciales.
Asimismo, el islam recibe críticas veladas de la mayoría de los franceses. El 73% cree que las comunidades islámicas tratan de imponer su modelo social a los demás, mientras que sólo el 43% considera que la religión musulmana es «compatible» con los valores de la sociedad francesa.
