«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Han anunciado que quieren explorar nuevos acuerdos de retorno con otros países

El Partido Laborista anuncia una ofensiva contra la inmigración ilegal en Reino Unido

El primer ministro británico, Keir Starmer. Europa Press

Yvette Cooper, ministra del Interior del Reino Unido, desplegará un equipo de más de 1.000 empleados para intensificar las operaciones y monitorear las actividades de los solicitantes de asilo rechazados. El objetivo será controlar a inmigrantes irregulares de países como Vietnam, quienes ahora constituyen el grupo más grande que cruza ilegalmente el Canal y que difícilmente obtienen el asilo.

También se está trabajando para acelerar las decisiones y así deportar a los solicitantes de asilo rechazados a sus países de origen más rápidamente. La Secretaria del Interior dice que las redadas acabarán con la inmigración ilegal y desmantelarán las bandas criminales que se lucran con este comercio cruel.

En un artículo escrito hoy para The Sun on Sunday, la Sra. Cooper dijo: «No podemos hacer creer a la gente que todo está bien. No cuando las bandas criminales están ganando millones con los peligrosos cruces en pequeños botes que socavan nuestra seguridad fronteriza y ponen vidas en riesgo».

Las redadas se centrarán en negocios conocidos por emplear inmigrantes ilegales operando en el mercado negro, como lavaderos de autos, salones de uñas y salones de belleza. La Sra. Cooper añadió: «Hemos dirigido a la Agencia de Control de Inmigración para que intensifique sus operaciones durante el verano, con un enfoque en los empleadores que están alimentando el comercio de las bandas criminales al explotar y facilitar el trabajo ilegal aquí en el Reino Unido, incluyendo lavaderos de autos y el sector de la belleza».

“Y estamos elaborando nuevos planes para decisiones y retornos rápidos para países seguros. La mayoría de las personas en este país quiere ver un sistema de asilo adecuadamente controlado y gestionado, donde Gran Bretaña haga su parte para ayudar a aquellos que huyen de conflictos y persecuciones, pero donde aquellos que no tienen derecho a estar en el país sean expulsados rápidamente”.

Abordar la crisis de los pequeños botes y la inmigración ilegal es uno de los mayores desafíos para el nuevo gobierno laborista. Sir Keir Starmer organizó una cumbre europea en el Palacio de Blenheim a principios de esta semana, donde se comprometió a ser un ejemplo ante este difícil conflicto a nivel internacional.

El Primer Ministro dijo que consideraría procesar a los inmigrantes antes de que lleguen a Gran Bretaña, conocido como “procesamiento en el extranjero”. Además, ha anunciado que quiere explorar nuevos acuerdos de retorno con otros países. Pese a esto, ha recibido fuertes críticas por desmantelar el plan de Ruanda, que los conservadores consideraban el único disuasivo que impediría a los inmigrantes hacer el peligroso cruce del Canal.

A finales de esta semana, la Secretaria del Interior presentará planes muy controvertidos para permitir que 90.000 inmigrantes ilegales tengan la oportunidad de solicitar asilo. Se espera que unos 60.000 lo obtengan.

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