El nuevo gobierno globalista de Donald Tusk, apoyado en una precaria coalición multicolor, ha dado muestras de su carácter totalitario desde el primer día cuando la Policía llevó a cabo redadas masivas para apoderarse de la cadena pública de noticias TVP. Lo primero, el control de la información.
Un grupo de destacados políticos de Ley y Justicia (PiS), entre ellos el líder del partido Jarosław Kaczyński y el ex primer ministro Mateusz Morawiecki, llegaron a la sede de la emisora de televisión estatal TVP mientras el nuevo Gobierno globalista tomaba el control de la prensa estatal de forma visiblemente autoritaria.
Tanto Morawiecki como Kaczyński protestaron que la decisión del Gobierno de reemplazar a los jefes de los medios públicos parecía un «golpe de Estado» y una «toma de poder por la fuerza» ilegal. Kaczyński dijo a los periodistas que el partido Ley y Justicia (PiS) defendía la democracia y unos «medios de comunicación pluralistas».
Los políticos del partido Ley y Justicia equipararon la decisión con la ley marcial comunista de 1981, en el sentido de que el Gobierno también cerró programas de televisión y despidió a decenas de periodistas. También hubo indignación por el incidente en el que una diputada del PiS fue agredida por uno de los guardaespaldas que ayudó al nuevo presidente de la junta directiva de TVP a asumir un cargo en la TVP.
El exministro de Educación Przemysław Czarnek dijo que «esta es la toma de poder más brutal jamás vivida en la Unión Europea, con el Gobierno usando la fuerza, agrediendo a parlamentarios y cerrando medios de comunicación que no les agradan». Mientras, el ministro de Cultura, Bartłomiej Sienkiewicz, dijo al periódico liberal de izquierda Gazeta Wyborcza que la protesta «no logrará nada».
Horas antes, el Gobierno informó que el Ministerio de Cultura había relevado de sus funciones a los directores generales de TVP, de la Radio Polaca y de la Agencia Polaca de Prensa (PAP), y también destituyó a los consejos de administración de estos medios. Sienkiewicz nombró nuevos consejos de administración para TVP, Radio Polaca y PAP, que a su vez nombraron nuevos consejos ejecutivos, añadió en su comunicado.
También dijo que la «necesidad y justificación» de la medida se derivaba de la resolución del martes del Parlamento polaco que pedía al Gobierno «restaurar la imparcialidad y credibilidad de los medios públicos».