El Tribunal Especial de lo Penal de París ha condenado a cadena perpetua a Mohamed Medjdoub, un ciudadano argelino simpatizante del Estado Islámico, por el atentado con bomba perpetrado en Lyon en 2019, que dejó una quincena de heridos. Tras un juicio que se prolongó durante una semana, la justicia francesa le ha impuesto la pena máxima, con un periodo mínimo de cumplimiento de 22 años, por intento de asesinato en conexión con una organización terrorista.
Antes de que se anunciara el veredicto, Medjdoub reivindicó abiertamente sus actos y declaró no sentir ningún arrepentimiento y mostrando su «desprecio por los aprendices a los que traicionó». En el momento del atentado, tenía 24 años y mostró una clara determinación de atacar a Francia en nombre de la yihad islamista, llegando a amenazar con una futura «carnicería» y asegurando: «Si salgo mañana, atentaré».
Además, en una carta escrita en árabe dirigida a su familia tras el atentado, el terrorista argelino afirmó tener amplios conocimientos sobre la fabricación de explosivos, y agregó: «Si hubiera querido, habría fabricado explosivos para destruir Part-Dieu (…) o matar a cientos de malditos infieles».