El Estado de la Ciudad del Vaticano, última monarquía absoluta de Europa, tiene una jurisdicción propia, con sus leyes y tribunales, y es bajo esa legislación con la que se ha juzgado a unos activistas climáticos de Ultima Generazione—o vándalos, como quieran llamarlos— que optaron por realizar sus protestas en los Museos Vaticanos; en concreto, en la archiconocida estatua del Laocoonte y sus hijos.
El 18 de agosto de 2022, Ester Goffi y Guido Viero se pegaron a la legendaria estatua griega creada hace más de 2.000 años, joya de los museos pontificios, mientras Laura Zorzini —una tercera activista— filmaba la escena. El resultado es que, casi un año después, el Tribunal del Vaticano —los Museos Vaticanos no pertenecen a Italia— ha condenado a los dos principales acusados a nueve meses de cárcel y 1.500 euros de multa —está pena queda suspendida— y a pagar una indemnización de 28.148 euros, informa Vatican News.
Los activistas han sido declarados culpables y condenados por el Tribunal del Vaticano a prisión y multa por el delito de daños agravados y a pagar casi 30.000 euros en concepto de daños y perjuicios a la Gobernación de la Ciudad del Vaticano. La ejecución de la sentencia, sin embargo, queda suspendida durante cinco años, y por dos años se impone una multa de 120 euros a Viero y Laura Zorzini, la otra activista que filmó con su teléfono móvil a los dos acompañantes, que se resistieron a la orden de la gendarmería vaticana de seguirles hasta el interior de las oficinas.
El juicio terminó este martes, después de tres audiencias, con una sentencia pronunciada por el presidente de la Corte vaticana, Giuseppe Pignatone. La promotora de justicia, Catia Summaria, había pedido para los dos principales imputados la pena de dos y cinco días para Viero y dos años para Goffi, con 3.000 de multa, y un mes de prisión para Zorzini. Alternativamente, en caso de suspensión de la pena, había pedido que ésta se subordinara a la indemnización por daños y perjuicios. Viero y Goffi, además de pagar los daños y perjuicios, tendrán que pagar las costas del proceso y los honorarios de los abogados de la parte civil, la Gobernación, 1.000 euros.
Pos su parte, la organización ecologista ha publicado una nota de protesta por la sentencia vaticana en su cuenta de Instagram. «Condenandos por hacer lo correcto, que es la desobediencia civil no violenta al llamar la atención sobre el colapso climático que enfrentamos al invertir en combustibles fósiles», se lee en el escrito publicado este lunes.
«El tribunal vaticano condenó a Ester y Guido a 9 meses de prisión, pena suspendida, y al pago de una multa de 1.500 € y una indemnización de 28.148 €, por un daño que, de hecho, resulta inexistente«, aseguran los activistas.
«Hoy más que nunca, nos sentimos hijas e hijos de Laocoonte enviados a enfrentar su destino después de que los gobernantes hicieran oídos sordos a la advertencia de que la catástrofe está a la vuelta de la esquina«, continúa el comunicado de la organización climática.
«También nos preguntamos si llegará también la condena del Pontífice ―dada la determinación con la que el Papa Francisco habla de la lucha contra la crisis climática― y, sobre todo, ¿contra quién será la condena? ¿Contra nosotros o contra quienes, al invertir en combustibles fósiles, nos condenan a muerte?«, se preguntan.
En los últimos tiempos, museos, estatuas y edificios públicos están siendo víctimas de ataques perpetrados por activistas climáticos que, para conseguir mayor eco en sus reivindicaciones apocalípticas, no dudan en atacar todo tipo de bienes ―tanto muebles como inmuebles― del patrimonio cultural. Y en esa tarea está teniendo un especial protagonismo la organización «Última Generación».
El partido que lidera la presidente del Consejo de Ministros del país, Giorgia Meloni, Fratelli d’Italia, está impulsando un proyecto de ley para frenar precisamente este tipo de vandalismo. El proyecto legislativo presentado en el Senado en abril pretende castigar con prisión de seis meses a tres años a quienes realicen este tipo de actos. Quizá podrían ahorrarse el trabajo y copiar la ley del diminuto Estado vaticano.
