El Gobierno francés estudia la presencia de policías o gendarmes con carácter puntual en los centros escolares de barrios conflictivos para atajar acciones de violencia como el caso de la profesora a la que un alumno apuntó el día 18 con una pistola, que luego se demostró que era falsa.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, presentó a la prensa esa y otras medidas al término de un «comité estratégico» organizado hoy junto a los titulares de Educación, Jean-Michel Blanquer, y de Justicia, Nicole Belloubet.
Una reunión interministerial organizada en respuesta al revuelo por el incidente con un estudiante de 15 años del liceo Edouard Branly de Créteil, a las afueras de París, que protagonizó la agresión -grabada con su móvil por otro alumno-, por la que ha sido inculpado.
Castaner dijo que no excluye «la presencia física de fuerzas del orden» en colegios y liceos, siempre con el acuerdo de la dirección de los centros, en particular «en los barrios más difíciles».
Eso se haría «en momentos de tensión particular», precisó Castaner, que avanzó que el próximo martes se formalizará un dispositivo contra la violencia en la enseñanza durante el Consejo de Ministros. El objetivo es que «la escuela, que es la cuna de la República, esté protegida».
Hasta ahora sólo algunas ciudades como Niza habían experimentado la presencia de policías municipales en el interior de colegios o liceos, pero sin armas.
Blanquer, que calificó de «graves» los hechos de Créteil y otros similares registrados a comienzos de mes en Le Havre (noroeste), afirmó que es «absolutamente necesario tener un enfoque eficaz» que pasa por la coordinación entre los tres ministerios.
El 4 de octubre, tres estudiantes del liceo Schuman-Perret de Le Havre apuntaron con un arma falsa a dos profesores en un pasillo, una escena grabada en parte por un cuarto alumno.
Los enseñantes no denunciaron los hechos y sólo después del incidente de Créteil y la movilización en Twitter de docentes bajo una etiqueta cargada de ironía, #pasdevague («no te quejes»), la dirección del centro decidió elevar el caso a la jerarquía, que lo ha llevado a la justicia.
Los cuatro menores pasaron ayer varias horas bajo arresto y han sido convocados ante el juez a comienzos de diciembre.
El titular de Educación indicó que se señalarán sistemáticamente estos incidentes, se simplificarán los procedimientos disciplinarios contra alumnos violentos y se implicará más a las familias.
También apuntó a la creación de «centros especializados» en los que podría haber personal de la Policía y del Ejército para reorientar a los alumnos.