El Gobierno de Hungría ha aplaudido el levantamiento de las sanciones impuestas por la Administración de Joe Biden al jefe de gabinete del primer ministro Viktor Orbán, Antal Rogan, en lo que ven «una clara señal de que los vientos han cambiado en Washington» con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.
Rogan fue sancionado poco antes del final de la Administración de Joe Biden, en una decisión que el Gobierno de Orbán consideró una «venganza política» de unas autoridades «frustradas» por la derrota electoral del pasado mes de noviembre.
La decisión implicaba la congelación de todos los activos de Rogán en Estados Unidos y limitaba las operaciones de empresas en las que tenga una participación igual o superior al 50%.
El ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, ha afirmado que la revisión de la medida «confirma un giro en la política de Estados Unidos con la vuelta del presidente Trump», toda vez que en el caso de Hungría implica el final de «acciones injustas».
No en vano, Orbán ha presumido siempre de sus buenas relaciones con el actual inquilino de la Casa Blanca, a quien toma como referencia política en temas clave.
