Lo subieron a un avión con la promesa de visitar a un familiar enfermo. Pero al aterrizar en Ghana, la verdad se impuso como un golpe: no volvería a casa. Sus padres, temerosos de que se viera envuelto en las pandillas y atrapado por la violencia que asola las calles de Londres, lo habían abandonado en un internado, en lo que consideraron un ambiente «más seguro». Ahora, desesperado, lucha por regresar al Reino Unido.
El caso de este adolescente de 14 años, nacido en el Reino Unido y de padres inmigrantes, es el último ejemplo de una decisión que cada vez más familias extranjeras afincadas en el país han decidido tomar: enviar a sus hijos de regreso a sus países de origen en África por miedo a la creciente violencia y los apuñalamientos en las calles británicas.
El menor llevó su caso al Tribunal Superior de Londres, argumentando que sus padres lo habían engañado al hacerle creer que sólo visitarían a un familiar enfermo. En su testimonio, el adolescente expresó sentirse «atrapado y desesperado» por regresar al Reino Unido, asegurando que la educación en Ghana «no está al nivel de la británica» y que su integración en el país africano estaba siendo difícil.
Sin embargo, el tribunal ha fallado a favor de los padres, considerando que actuaron buscando el mejor interés del menor. Según el juez, la decisión de los progenitores se basó en «su profundo amor incondicional» y en el temor real de que su hijo pudiera ser víctima de la violencia en las calles de Londres. Durante el juicio, el padre del adolescente manifestó su preocupación por que su hijo pudiera convertirse en «otro joven negro apuñalado hasta la muerte en las calles de Londres».
Los padres sostienen que su hijo había mostrado señales de estar siendo influenciado por la cultura de las pandillas, con comportamientos preocupantes como ausencias escolares, posesión de objetos muy caros sin explicación y una creciente fascinación por las armas blancas. Su colegio también había expresado sospechas sobre su posible implicación en actividades delictivas.
En los últimos años, los ataques con cuchillo han aumentado de forma considerable en Londres, con múltiples casos de adolescentes víctimas de apuñalamientos, sobre todo en las comunidades con más inmigrantes. Organizaciones como Fighting Knife Crime London han señalado que el problema no está ligado únicamente a la etnicidad, sino que «la pobreza y la exclusión social juegan un papel determinante en la proliferación de la violencia juvenil».
Aunque la capital es una de las ciudades más afectadas por estos apuñalamientos, también ocurren en el resto del país. Durante 2023 se produjeron más de 50.000 «delitos con cuchillos» en Inglaterra y Gales, lo que supone un aumento del 4% respecto al año anterior, según la Oficina de Estadísticas Nacionales. Comparado con las cifras de 2015, el aumento es del 78%.
El juez que ha dictado sentencia sobre el caso asegura que «ya han recibido consultas de jóvenes que se encuentran exactamente en la misma situación que este menor«.