El nuevo gobierno de Alemania ha anunciado que presionará a Bruselas para que adopte medidas contundentes contra los países que infringen las normas, en referencia a Hungría bajo el liderazgo de Viktor Orbán. El canciller entrante, Friedrich Merz, y su probable aliado de coalición izquierda, el Partido Socialdemócrata (SPD), han acordado exigir al bloque que retenga fondos y suspenda los derechos de voto de los países que violen principios fundamentales.
Los partidos alemanes están en pleno proceso de negociación para formar una coalición. Antes de asumir el cargo, necesitan ponerse de acuerdo sobre los principios fundamentales que guiarán su administración. En este contexto, el acuerdo para presionar a Bruselas a tomar medidas contra países como Hungría forma parte de una serie de acuerdos provisionales que abarcan temas tan variados como la política migratoria, la eliminación gradual del carbón y el gasto en bienestar.
Los negociadores del bloque popular de Merz y el SPD han señalado, en un borrador del acuerdo de coalición, que «los instrumentos de protección existentes, desde los procedimientos de infracción y la retención de fondos de la UE hasta la suspensión de los derechos de membresía, como los derechos de voto en el Consejo de la UE, deben aplicarse de manera mucho más consistente que antes».