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La AfD ya se encuentra a tan sólo dos puntos de ser primera fuerza

La gran coalición y las mentiras de Merz dividen a la CDU en Alemania: 18 miembros salen del partido por «enterrar su alma conservadora»

El líder de la CDU, Friedrich Merz. Europa Press

Las reiteradas mentiras vertidas en campaña electoral —especialmente en materia migratoria y endeudamiento— y el acercamiento a los socialistas y Los Verdes para formar Gobierno en Alemania ha provocado que 18 miembros abandonen la CDU, incluido todo el equipo directivo de la agrupación local del partido en Kühlungsborn, una localidad del noreste del país. La ola de dimisiones ha generado un terremoto interno en la formación conservadora, cuyo líder, Friedrich Merz, se encuentra cada vez más cuestionado por sus propias bases.

Entre los motivos esgrimidos por los que han decidido dar un paso al costado se encuentran dos decisiones que consideran inasumibles: el giro fiscal de Merz para levantar las restricciones al endeudamiento público y permitir la emisión de un billón de euros en deuda, y la introducción en la Constitución alemana del objetivo de neutralidad climática para 2045. Ambos movimientos han sido interpretados como una claudicación ideológica del partido ante sus socios de coalición, especialmente el SPD y Los Verdes.

Las críticas no se han limitado a Kühlungsborn. Thomas Krieger, alcalde de Fredersdorf-Vogelsdorf, ha renunciado tras tres décadas de militancia. También lo ha hecho Daniel Hackenjos, exdirigente destacado de la CDU en Baden-Württemberg. En Eisenach, Turingia, Andreas Neumann —una figura clave en la organización regional— explicó su dimisión argumentando que el partido ha perdido su identidad, rompiendo promesas electorales y alejándose de sus principios fundacionales.

Neumann aseguró que la gota que colmó el vaso fue la decisión de la CDU en Turingia de pactar con formaciones de izquierda y depender del respaldo del partido Die Linke, en lugar de explorar una alianza con Alternative für Deutschland (AfD), pese al crecimiento de este último en la región. Para él, el partido ya no representa una oposición coherente, sino que se ha convertido en un instrumento más de un consenso político que desprecia la voluntad de los votantes.

Otro frente de crítica apunta directamente a la manera en la que Merz está imponiendo su agenda. Se le acusa de esquivar al recién elegido Bundestag para aprobar, junto con socialdemócratas y ecologistas, una masiva expansión del gasto público. Para sus detractores, ese movimiento carece de legitimidad democrática y supone una traición a la tradicional disciplina fiscal del partido.

Lars Zacher, uno de los primeros en abandonar la formación, resume el malestar generalizado: Merz ha enterrado el alma conservadora de la CDU y ha adoptado una deriva que pone en peligro la competitividad económica del país con políticas climáticas más agresivas incluso que las de Bruselas.

Las bajas no han sido aisladas. En los últimos días se han producido renuncias en distintas regiones del país, como Hamburgo, Hesse y Sajonia-Anhalt, donde una decena de afiliados han presentado su baja. El descontento se extiende por todo el mapa político alemán, reflejando un creciente desencanto entre las bases.

Las encuestas, por su parte, reflejan este desgaste. Desde su ajustada victoria en las elecciones federales de febrero —el segundo peor resultado histórico de la CDU/CSU—, la coalición conservadora ha descendido en intención de voto del 28,5% al 26%. En contraste, la AfD ha escalado hasta el 24%, consolidando su posición como principal beneficiario del descontento conservador.

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