Los Verdes, partido izquierdista y ecologista alemán, van a impulsar próximamente una moción en el Parlamento para prohibir la AfD «lo antes posible» y, según avanzan medios alemanes, cuentan con el apoyo del resto de partidos del arco parlamentario. Esta ofensiva política se produce en un contexto delicado ante el avance de la inmigración ilegal descontrolada y la mala situación económica del país.
La formación Alternativa para Alemania (AfD), que ha escalado posiciones en los últimos años hasta convertirse en la segunda fuerza más votada en las últimas elecciones, se ha convertido en la gran preocupación de los partidos tradicionales, que ven en su auge una amenaza a su hegemonía. A pesar de los desafíos económicos y sociales a los que se enfrenta el país, la prioridad de la futura gran coalición parece centrarse en frenar el ascenso de esta formación soberanista.
Desde hace años, distintas voces dentro del espectro político han planteado la posibilidad de ilegalizar a la AfD, pero los esfuerzos por lograrlo se han intensificado recientemente a medida que el partido ha logrado más apoyo popular. Para acelerar este proceso, los Verdes y sus aliados están presionando para que el futuro gobierno —a priori una gran coalición entre el bloque conservador CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD— nombre lo antes posible un nuevo director al frente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), la agencia de Inteligencia interior.
El objetivo es que esta institución pase de clasificar a la AfD de una «organización presuntamente extremista» a una entidad «extremista confirmada». Esta designación sería un paso clave, ya que permitiría iniciar un procedimiento legal ante el Tribunal Constitucional para tratar de declarar al partido «incompatible» con el orden democrático.
Ya en el año anterior, un total de 113 parlamentarios de la CDU/CSU, el SPD, Die Linke y los propios Verdes reclamaron formalmente que se debatiera la posibilidad de vetar legalmente al partido, argumentando que sus postulados contravienen los principios esenciales del sistema democrático alemán. Este año, las mismas fuerzas políticas han reiterado su respaldo a esa iniciativa.
Katja Mast, portavoz parlamentaria del SPD, ha declarado que «la AfD representa una amenaza real para la democracia». Por su parte, desde el bloque conservador de la CDU/CSU han dejado entrever que apoyarían el proceso de ilegalización si se produce una clasificación oficial como formación extremista de derechas.
No obstante, varios juristas expertos en derecho constitucional consideran que no existen todavía las condiciones legales para proceder a una prohibición. Según estos especialistas, para que una formación política sea vetada legalmente debe actuar de forma «agresiva y combativa» contra el orden democrático, algo que, en su opinión, la AfD no ha hecho de manera concluyente.