Más del 50% de los autores de delitos violentos cometidos en Berlín son de origen extranjero, según reflejan las últimas cifras policiales reveladas por el medio alemán Junge Freiheit. Este dato genera una creciente preocupación sobre el impacto de la inmigración masiva y la falta de integración en la capital alemana.
El informe indica que, en 2023, se identificaron 12.284 hombres como presuntos responsables de delitos violentos. De ellos, 6.407 no poseían ciudadanía alemana. Esto significa que más de la mitad de los sospechosos masculinos involucrados en este tipo de crímenes eran extranjeros, a pesar de que este grupo representa sólo el 24,9% de la población berlinesa.
Este desequilibrio estadístico subraya una sobrerrepresentación alarmante. Además, las cifras podrían ser aún más altas si se incluyeran a aquellos con ciudadanía alemana pero con antecedentes migratorios, ya que los datos oficiales no discriminan entre ciudadanos naturalizados y nacidos en Alemania.
Otro aspecto inquietante es el aumento de la criminalidad entre menores de origen extranjero. La participación de estos en actos violentos vinculados a bandas juveniles ha ido en ascenso, alcanzando el 38,3% en 2023, frente al 35,2% registrado el año anterior. Este crecimiento constante sugiere una tendencia que preocupa tanto a los cuerpos de seguridad como a la opinión pública.
El número total de homicidios también se disparó el año pasado. En comparación con 2022, cuando se documentaron 77 asesinatos, 2023 cerró con 117, lo que representa un aumento del 51,9%. La capital alemana no vivía un repunte de violencia tan significativo desde hace más de una década.
En el terreno de los delitos con trasfondo ideológico, también se registró un aumento notable. Las agresiones motivadas por doctrinas religiosas crecieron un 123,8%, mientras que aquellas ligadas a ideologías extranjeras se dispararon un 169,3%. Según los analistas, este auge se relaciona con el conflicto en Oriente Medio entre Israel y Hamás, así como con el crecimiento del antisemitismo entre ciertos sectores de las comunidades musulmanas residentes en Alemania.
Este nuevo informe se alinea con estudios previos que advertían de un repunte generalizado de la delincuencia en el país. De hecho, el número de delitos cometidos en Alemania alcanzó en 2023 su nivel más alto desde 2012. Los datos también apuntaban a que los ciudadanos no alemanes tienen más probabilidades, estadísticamente, de participar en delitos violentos o sexuales, así como en ataques con armas blancas.