«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
se le considera «mentalmente incapaz de ser juzgado»

La Justicia francesa no juzgará al hombre que degolló a un padre frente a un colegio de Marsella al grito de «Alá es grande»

Un agente de Policía en las calles de Lorient (Francia). Europa Press

Tres años después del brutal asesinato del médico militar teniente coronel Alban Gervaise frente a la escuela de sus hijos en Marsella, la justicia francesa ha decidido que el autor del crimen no se sentará en el banquillo de los acusados. El motivo: se le considera «mentalmente incapaz de ser juzgado».

El 10 de mayo de 2022, Alban Gervaise acudió a recoger a sus hijos de 3 y 7 años a un colegio católico acompañado de su hija pequeña, de apenas 20 meses. Allí, Mohammed L., de 23 años, lo apuñaló repetidamente al grito de «¡Alá es grande!». El médico falleció diez días después a causa de las heridas.

No hubo minuto de silencio. No hubo homenaje. Y los grandes medios apenas informaron del caso, limitándose a mencionar que había sido «herido en la garganta», ocultando que le degollaron. Católico, soldado, esposo y padre de tres hijos, Alban no mereció la atención que sí reciben otras víctimas. El Ejército llegó a justificar el silencio alegando que su viuda no quería publicidad, algo que ella ha negado.

Ahora, el Estado francés se desentiende también del juicio. Dos peritos psiquiátricos han dictaminado que el asesino sufrió un «episodio delirante agudo» en el marco de una esquizofrenia precoz y consumo de cannabis. A pesar del carácter religioso y simbólico del ataque —frente a una escuela católica, a un padre de familia católico, militar y médico— la justicia descartó desde el principio cualquier motivación terrorista.

La viuda, Christelle Gervaise, ha denunciado que el informe psiquiátrico no hace ninguna referencia al sumario judicial y se basa únicamente en los testimonios del acusado. Para ella, este procedimiento está plagado de irregularidades y supone una amenaza futura: el asesino podría salir en libertad en cualquier momento, sin que ella sea informada.

Desde Le Figaro se ha confirmado que el asesino fue encarcelado, luego internado en un hospital psiquiátrico y actualmente se encuentra en una unidad de menor peligrosidad. Dos expertos decidirán cuándo podrá salir. Para Christelle, ese día puede llegar en cualquier momento: «Podría encontrármelo en la calle cualquier día».

En un carta, Gervaise clama por un reconocimiento que nunca llegó. Su último deseo: que Francia pida perdón. «Espero que un día tu país, que tanto amaste y al que fuiste tan leal, te pida perdón. Perdón por no haberte rendido homenaje. Perdón por dejarte morir por nada. Perdón por permitir que tu asesino destruya otras vidas«, ha denunciado.

Una nación que no honra a sus héroes está condenada a olvidar quiénes la defienden.

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