«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El 74% tiene una opinión negativa

La mayoría de los franceses considera a Macron el principal problema del país

Enmanuel Macron. Europa Press

Los estudios coinciden en que el 74% de los franceses tienen una opinión negativa o muy negativa de Emmanuel Macron. La principal patronal y los analistas más prestigiosos acusan al presidente de ser responsable del caos político actual, temiendo un desastre sin precedentes.

Este riesgo también preocupa a la Asociación Francesa de Empresas Privadas (AFEP), que incluye a las empresas más importantes, como Air France, Airbus y L’Oréal, entre otras. Estas compañías han decidido lanzar una grave advertencia sobre el futuro, señalando los riesgos de una «catástrofe económica».

Entre los diputados centristas y de centroizquierda del grupo parlamentario macronista, prevalecen el miedo y el resentimiento. Un diputado, que ha preferido mantenerse en el anonimato, afirma que Macron «nos ha dejado en una mala situación. Hemos defendido su política, y ahora nos condena a un desierto lleno de amenazas«.

En términos políticos, todos los analistas y medios consideran dos posibles escenarios. El primero es que el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, obtenga la mayoría absoluta. El segundo escenario es que ni la coalición de izquierdas ni el partido de Le Pen logren la mayoría absoluta, llevando al país a la ingobernabilidad.

La era conservadora

El posible ministro conservador, Jordan Bardella, afirma que su primera condición es tener mayoría absoluta o «no seré un lacayo al servicio del presidente». Continúa también pidiendo el voto masivo para el partido conservador, Agrupación Nacional, consiguiendo así «gobernar con libertad y eficacia».

Además, en una entrevista para sur France 2, Bardella afirma que tendrá que reparar un país considerablemente dañado. Destaca que sus prioridades son «el poder adquisitivo, la seguridad, el control de la inmigración».

Ante esta situación, el ensayista e historiador, Nicolas Baverez, afirma que las elecciones europeas y el crecimiento del partido conservador marcan la «tardía» entrada francesa en la era conservadora. Destaca que, al ampliar el retraso económico llevando al límite la falta de crecimiento pagado con deuda y déficits públicos, Macron perdió el control de las cuentas de la nación, del orden público y la inmigración.

A su juicio, la incapacidad del presidente para hacer respetar el orden y un cierto rigor en las cuentas públicas ha provocado el hundimiento y la pierda de credibilidad de los partidos tradicionales, «abriendo las puertas» a las fuerzas conservadoras.

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