«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
según una encuesta de insa

La mitad de los alemanes cree que el fracaso de Merz en la votación a canciller impulsa aún más a AfD

El canciller alemán, Friedrich Merz.

El 51% de los alemanes considera que el fracaso del candidato de la coalición CDU-SPD, Friedrich Merz, en la primera votación en el Bundestag para elegir al canciller del país favorecerá directamente a Alternativa para Alemania (AfD). Así lo revela una encuesta del instituto demoscópico INSA publicada por el diario Bild, en la que la formación patriótica aparece como la gran beneficiada del revés parlamentario.

Merz, que sólo logró reunir 310 votos —seis menos de los necesarios para alcanzar la mayoría en el Bundestag—, vio cómo la coalición que sostenía su candidatura se resquebrajaba. De los 328 escaños que suman CDU, CSU y SPD, al menos 18 diputados se negaron a respaldarlo. Un fracaso sin precedentes que deja en entredicho el control del bloque sobre sus propias filas.

El rechazo no sólo representa un mazazo a la figura de Merz, sino que pone en evidencia el desgaste del bloque negro-rojo, que ni siquiera logra mantener la disciplina interna en un momento crítico. Mientras tanto, la izquierda ecologista de Los Verdes y la extrema izquierda de Die Linke apenas recogen apoyos: sólo el 3% de los encuestados cree que saldrán reforzados del nuevo escenario político.

En cambio, Alternativa para Alemania aparece como el único partido con opciones reales de capitalizar el desencanto popular. Frente al 11% que cree que el SPD podría beneficiarse de lo ocurrido, la mayoría de los ciudadanos alemanes da por hecho que AfD ganará impulso.

El desgaste de Merz parece irreversible: el 57% cree que el nuevo canciller —obtuvo la mayoría en la segunda votación— no logrará sobreponerse al estigma de su derrota, y sólo un 30% considera posible una recuperación política.

En cuanto al origen del varapalo, el 39% apunta a una traición compartida entre los partidos de la coalición; el 30%, directamente al SPD; y un 15%, a diputados de la propia Unión.

La votación fue secreta, pero el descalabro ha quedado expuesto ante toda Alemania. Mientras algunos partidos buscan culpables, AfD se prepara para recoger los frutos de una clase política que hace aguas.

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