La nueva Comisión Europea, creada bajo el liderazgo de Ursula Von der Leyen, se encuentra a la espera de aprobación tras las audiencias programadas para el próximo mes de noviembre. Con el fin de consolidar su poder y evitar cualquier tipo de oposición, la presidenta ha asignado cargos clave a comisarios sin experiencia, asegurando así que su agenda política se implemente sin conflictos internos. Sus principales enfoques serán el cambio climático y la gestión del conflicto entre Rusia y Ucrania como un factor central para la cohesión y reestructuración militar de Europa.
Desde las elecciones europeas en junio, han surgido rumores sobre el potencial aumento de poder de Von der Leyen si se le renueva el mandato. Esto marcaría un precedente, ya que nunca antes una presidenta de la Comisión había acumulado tanto poder. Además, con las reformas de los tratados en curso, la Comisión absorberá más políticas que actualmente están en manos de los Estados miembros, como las de salud, educación y defensa.
Para lograr estos objetivos, Von der Leyen, quien fue ministra de Defensa en Alemania, ha reducido la autonomía de los comisionados, quienes históricamente gozaban de mayor independencia en sus áreas de especialización. Aunque proviene del partido democristiano alemán (CDU), que se presenta como liberal-conservador, sus políticas han mostrado una inclinación hacia posturas más socialdemócratas y siempre se ha entendido mejor con líderes como Sánchez y Scholz que con Orbán o Meloni.
Una de las tácticas empleadas por Von der Leyen para conformar su equipo ha sido la designación de comisarios basándose en cuotas de género. Entre los nombramientos destacados está el de Marta Kos, de Eslovenia, quien asumirá el cargo de comisaria de Ampliación. Feminista y liberal, Kos desempeñará un papel crucial en la posible integración de Ucrania y Moldavia en la UE.
Otro nombramiento relevante es el de Kaja Kallas, ex primera ministra de Estonia, que tomará el relevo de Josep Borrell en asuntos de política exterior. Cabe destacar que carece de experiencia diplomática y se espera que siga las directrices de Von der Leyen en un contexto internacional complejo.
La influencia de Francia también será significativa en el nuevo equipo, con Stéphane Séjourné como comisario de Mercado Interior tras la sorprendente dimisión de Thierry Breton. Su nombramiento es esencial para garantizar la lealtad de París, un elemento clave para el futuro de la industria de defensa europea.
En el ámbito de la inmigración y los asuntos internos, Magnus Brunner, del Partido Popular Austriaco, será el elegido. Su enfoque técnico y numérico ha suscitado inquietudes sobre la simplificación de un problema complejo, especialmente en relación con la inmigración ilegal, que podría seguir al alza si se trata únicamente como una solución a futuras crisis económicas.
Imposiciones climáticas
La implementación del Pacto Verde Europeo ha desencadenado importantes protestas en toda Europa, con agricultores manifestándose en las principales capitales de Occidente La designación de la sueca Jessika Roswell como comisaria de Medio Ambiente ha sido fuertemente criticada, sobre todo por la izquierda, que comparó su nombramiento con «poner a un pirómano al frente de un cuerpo de bomberos». Roswell, que fue ministra en su país, se enfrenta ahora al desafío de liderar la transición verde en medio de las crecientes tensiones.
El impacto de la mencionada crisis migratoria y la guerra ruso-ucraniana también ha afectado la política europea, con partidos conservadores como el de Geert Wilders en los Países Bajos y el de Giorgia Meloni en Italia obteniendo la victoria por entender el descontento social y aplicar medidas. En este contexto, el partido de los agricultores en los Países Bajos (BBB) ha emergido con fuerza en la política nacional, reflejando el malestar general sobre las políticas medioambientales y la autonomía agrícola e industrial.
Las protestas de los agricultores, que han sacudido ciudades como Berlín y Bruselas, podrían intensificarse si las élites políticas europeas continúan promoviendo medidas en favor de la transición verde sin considerar sus efectos sociales y económicos.