El Alto Comisario de Derechos Humanos de la ONU ha acusado al Gobierno de Austria de ‘moverse pronunciadamente a la derecha’
La estricta postura del nuevo Gobierno austríaco, encabezado por el conservador Sebastian Kurz, respecto a la inmigración disgusta a esas élites mediáticas y políticas que llevan años cantando las bondades del multiculturalismo. De esta forma, sin haberse cumplido ni una semana de legislatura, la coalición OVP-FPÖ ya ha sido criticada reiteradamente por ingentes medios de comunicación progresistas y por egregios representantes de instituciones supranacionales tales como la Unión Europea y la ONU.
Una de las personalidades que ha atacado al Ejecutivo centroeuropeo con más saña ha sido Zeid Ra´ad Al Hussein, Alto Comisario de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En una comparecencia ante la prensa, Hussein se ha mostrado ‘muy preocupado’ por la situación en Austria y ha calificado la coalición entre derechistas y soberanistas como ‘peligrosa para el desarrollo de la vida política en Europa’.
En este sentido, el representante de la ONU ha acusado a Kurz de ‘moverse pronunciadamente a la derecha en la cuestión de la migración y de los derechos de los inmigrantes para asegurar los votos del ámbito Partido de la Libertad de Heinz Christian Strache y, así, acceder a la cancillería’.
Asimismo, Hussein, que dirige una agencia de la ONU que reconoce el aborto como derecho fundamental, ha alertado de una posible generalización de las políticas encaminadas a preservar la identidad de los pueblos: ‘Tenemos que estar atentos a si se produce un efecto de imitación entre otros políticos europeos. La extrema derecha debería sopesar minuciosamente sobre el lugar al que lleva a los países y al continente en general’, ha aseverado el Alto Comisario, que no exhibe ni ápice de la neutralidad que sería deseable en alguien que ostenta un puesto como el suyo.
Recordemos que el lunes, coincidiendo con la toma de posesión del nuevo Ejecutivo, activistas de extrema izquierda tomaron las calles de Viena con afán de protestar por la entrada del FPÖ en el Gobierno. Los manifestantes, que increparon enardecidos a la policía, protagonizaron episodios de verdadera violencia.
El Frente Nacional, con el Gobierno austríaco
Pese a las afrentas y asechanzas del establishment globalista, aún quedan quienes osan defender al FPÖ y sus propuestas para Austria. Así, el vicepresidente del Frente Nacional, Nicolas Bay, ha manifestado su incondicional respaldo a la formación política austríaca; formación que, de acuerdo con él, ha crecido como consecuencia de la rebelión de los europeos contra las élites bruselenses.
‘El FPÖ no es de extrema derecha. Son patriotas que forman una alianza de Gobierno gubernamental. La gente se está despertando y la Comisión Europea busca imponer decisiones antidemocráticas, como es el caso de lo que están haciendo con Polonia’, ha asegurado Bay, quien no ha dudado en recordar – y condenar – el acoso al que la Unión Europea está sometiendo a los polacos.