La Policía francesa ha expulsado tras más de tres meses a los más de 250 inmigrantes ilegales que habían okupado un teatro woke en París, el histórico Théâtre de la Gaîté Lyrique. Lo que en diciembre se vendió como una medida de «emergencia humanitaria» para alojar temporalmente a este grupo derivó en una ocupación ilegal que paralizó la actividad del recinto y generó tensiones en la ciudad.
El desalojo se ha llevado a cabo en la madrugada de este martes, cuando las fuerzas del orden han logrado recuperar el control del edificio tras enfrentarse a la resistencia de colectivos de izquierda que apoyaban a los okupantes. Según informan medios franceses como Le Figaro y BFM TV, decenas de activistas han intentado impedir la intervención policial, lo que ha llevado a los agentes a utilizar gas lacrimógeno para dispersarlos. Desde entonces, la policía mantiene presencia en la zona para evitar nuevas ocupaciones.
El caso ha provocado un intenso debate político, con figuras de la izquierda criticando la intervención policial. El diputado Éric Coquerel ha calificado el desalojo como una «vergüenza», acusando al gobierno de usar la fuerza contra «más de 400 menores no acompañados» en lugar de proporcionarles alternativas de alojamiento. Sin embargo, las autoridades han asegurado que se han ofrecido soluciones de realojo a los desalojados. De hecho, el concejal parisino Aurélien Véron ha confirmado que muchos de los inmigrantes serán reubicados en Orleans y otras provincias francesas.
El periodista Patrick Cohen se ha sumado a las críticas, cuestionando el uso de la fuerza contra un grupo que, según él, «no molestaba a nadie». No obstante, la realidad es que la ocupación ha causado serios perjuicios económicos tanto al teatro como a los negocios cercanos. Desde el 17 de diciembre, todos los eventos programados en la Gaîté Lyrique han sido cancelados, lo que ha supuesto la pérdida de cientos de miles de euros para la institución.