La Unión Europea (UE) ha financiado, a través del Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), una guía para instruir a los periodistas sobre cómo deben abordar la cobertura de temas musulmanes y, en particular, de mujeres musulmanas.
La UE ha financiado una guía para instruir a los periodistas a que eviten la «islamofobia de género»: «ser inclusivo», «evitar mencionar la religión», «recordar que las mujeres pueden preferir llevar el hiyab»…; en fin, una guía para imponer el discurso único. https://t.co/jTkz9iX72U
— Jorge Buxadé (@Jorgebuxade) July 27, 2022
Este proyecto, que ha recibido financiación del programa de derechos, igualdad y ciudadanía de la Unión Europea, se titula ‘¡Informar sobre la diversidad!’, y es una guía donde hay «directrices para formar a los medios de comunicación en inclusividad y prevenir la islamofobia de género«.
Por ello, el jefe de la delegación de VOX en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, ha denunciado la guía del Instituto Europeo del Mediterráneo: «La UE ha financiado una guía para instruir a los periodistas a que eviten la «islamofobia de género»: «ser inclusivo», «evitar mencionar la religión», «recordar que las mujeres pueden preferir llevar el hiyab»…; en fin, una guía para imponer el discurso único», ha aseverado.
Parece ser que cuando se trata de «islamofobia», la Unión Europea se preocupa de financiar este tipo de proyectos. Sin embargo, cuando los cristianos son perseguidos, la UE prefiere no decir nada.
Un caso claro fue la indiferencia de la comisión presidida por Úrsula Von der Leyen en el asesinato de Deborah Samuel, una joven estudiante cristiana de la región de Sokoto, en el norte de Nigeria, que fue lapidada hasta la muerte y quemada por sus compañeros por “blasfemar” contra el islam a través de Whatsapp.
Esto deja claro que la prioridad de los burócratas de Bruselas en los últimos años se centra en plegarse ante las reivindicaciones progresistas; en intentar combatir la lucha contra el racismo y el antisemitismo, y en entregarse en cuerpo y alma a condenar la supuesta vulneración de los llamados ‘derechos LGTB‘, realizando fuertes presiones sobre países como Hungría y Polonia.
