«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Dar un «me gusta» también será considerado un delito

Los fiscales alemanes inician redadas coordinadas en todo el país para confiscar móviles a quienes «difunden discursos de odio»

Olaf Scholz en el Bundestag. Redes sociales

Los fiscales alemanes han iniciado redadas en todo el país para confiscar dispositivos y sancionar a individuos sospechosos de difundir «discursos de odio» en línea. Esta acción, que ya ha afectado a más de 50 personas, forma parte de una nueva estrategia gubernamental para «reforzar la legislación alemana contra el contenido que incita al odio y propaga información falsa».

«Internet no es un espacio sin ley», afirmó recientemente el fiscal Matthaus Fink, quien supervisa la operación. «Estamos investigando delitos que, aunque se produzcan en el entorno digital, tienen consecuencias tangibles». Fink enfatizó que muchas personas desconocen que ciertos comentarios en línea pueden ser ilegales y enfrentarles a severas sanciones.

Según el marco legal vigente en Alemania, no sólo quienes crean y comparten contenido «de odio» pueden ser procesados, sino también aquellos que interactúan con él dándole «me gusta» o redistribuyéndolo. Las sanciones pueden incluir multas considerables, la confiscación de equipos electrónicos e incluso penas de prisión en casos graves.

Esta estrategia ha sido criticada a nivel internacional. En Estados Unidos, el vicepresidente JD Vance la calificó de un «ataque a las libertades fundamentales» y afirmó que Europa está desmantelando la democracia en lugar de protegerla.

El magnate tecnológico y dueño de la plataforma social X, Elon Musk, también intervino en el debate, publicando en su red: «¡Gracias a Dios que Estados Unidos tiene libertad de expresión!».

Las autoridades alemanas, por su parte, han defendido su postura, argumentando que la regulación del discurso digital no pretende censurar, sino garantizar un debate público respetuoso y basado en hechos. «Nuestra constitución establece límites cuando el discurso promueve el odio o difunde mentiras», explicó Josephine Ballon, directora de la organización de derechos humanos HateAid.

Además, la Unión Europea ha intensificado sus esfuerzos para controlar el contenido en las plataformas digitales, introduciendo normativas que obligan a las empresas tecnológicas a frenar la difusión de material que consideran perjudicial. Actualmente, la red social X está bajo investigación por haber podido infringir estas nuevas regulaciones.

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