La primer ministro de Italia, Giorgia Meloni, se ha rebelado contra las declaraciones emitidas por la Comisión contra el Racismo y la Intolerancia del Consejo de Europa, que ha señalado presuntos casos de discriminación racial dentro de las fuerzas policiales italianas. A través de una publicación en sus redes sociales, la dirigente italiana ha calificado de «vergonzosas» las afirmaciones lanzadas por el organismo europeo y ha acusado a sus responsables de actuar con «prejuicios ideológicos».
La polémica se ha desatado tras las palabras del presidente de dicha comisión, el suizo Bertil Cottier, quien ha recomendado a Roma que lleve a cabo «un análisis independiente y urgente sobre la existencia de actitudes racistas dentro de sus cuerpos de seguridad». Esta recomendación forma parte de un informe más amplio sobre la situación de los derechos humanos en Europa.
Meloni, sin embargo, ha sido contundente en su respuesta. «Todos sabemos cuántos casos se han dado en los que los agentes son agredidos, a menudo por inmigrantes en situación irregular, mientras desempeñan su labor con dedicación, profesionalidad y respeto por la ley», ha replicado. La mandataria ha lamentado que no sea la primera vez que ciertos órganos del Consejo de Europa —algunos financiados con dinero procedente de los contribuyentes italianos— emiten «valoraciones infundadas y alejadas de la realidad».
El Consejo de Europa, creado en 1949 tras la Segunda Guerra Mundial, cuenta con Italia entre sus miembros fundadores. Nacido con la misión de defender los valores democráticos, el respeto a los derechos fundamentales y el imperio de la ley, Meloni considera que el organismo ha ido perdiendo su propósito inicial, desplazándose hacia posiciones cada vez más politizadas.
En su mensaje final, la primera ministra ha reafirmado su apoyo a las fuerzas del orden italianas. «Continuaremos respaldando con orgullo a quienes garantizan día tras día la protección de los ciudadanos. No toleraremos ataques injustificados a quienes se juegan la vida por la seguridad de todos», ha concluido.
Las declaraciones de Meloni refuerzan la línea política que ha mantenido desde el inicio de su mandato: una defensa cerrada de la soberanía nacional y de las instituciones de seguridad frente a críticas internacionales que, en su opinión, ignoran la complejidad real del contexto italiano.
