El vencedor de las pasadas elecciones y ya ampliamente saludado como próximo canciller al frente de un gobierno de coalición, el democristiano Friedrich Merz, ha fracasado en la primera votación en el Bundestag para hacerse con el liderazgo del Ejecutivo.
Para sorpresa de todos, en votación secreta, Merz se queda corto en seis votos para alcanzar la cancillería alemana.
Hoy, a las 9.00h, la nueva presidenta del Bundestag, Julia Klöckner, inauguraba la sesión en la que los 630 miembros del recién elegido Bundestag debían votar al próximo canciller. El ganador de las elecciones, Friedrich Merz (CDU), necesitaba al menos 316 votos para entrar en la Cancillería.
La aprobación se daba por descontada; nunca antes había sucedido que un candidato electo a canciller perdiera la votación de su nombramiento en sesión plenaria. Pero esta vez no se ha tratado de una mera formalidad. A los miembros de la nueva coalición formada por la CDU/CSU y el SPD sólo les sobran doce votos.
Para evitar sorpresas desagradables en la votación secreta, Merz se reunió el día antes con los diputados socialistas del SPD para convencer a los renuentes. Antes, el canciller saliente Olaf Scholz deseó a su sucesor “mucho éxito, fortuna y una mano afortunada» durante una ceremonia de despedida militar. Scholz dejó claro que votaría por Merz. Pero no ha bastado.
Cuando el presidente del Bundestag, Klöckner, leyó el resultado, en el plenario hubo caras largas: se emitieron 621 votos, tres se abstuvieron y un voto fue nulo. 310 personas votaron a favor de Merz como canciller y 307 en contra. Friedrich Merz fue rechazado.
El artículo 63, que contiene las reglas para la elección del Canciller, establece: «Si el candidato no es elegido, el Bundestag podrá elegir un Canciller dentro de los 14 días siguientes a la votación con más de la mitad de sus miembros».
