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Nuevo portazo de Orbán a Soros: 'Nosotros decidiremos con quién convivir'

El primer ministro magiar, Viktor Orbán

El primer ministro húngaro reivindica el mandato popular y cierra las puertas a las ONGs vinculadas con el magnate en el país.


La oposición húngara, fragmentada y dividida, y la sociedad civil se preparan para una nueva legislatura de Viktor Orbán que, fortalecido por su abrumadora victoria electoral del domingo, promete ahora seguir adelante con leyes para restringir la actividad de las ONG.
En una primera comparecencia ante la prensa después de su tercera reelección consecutiva, Orbán dejó claro que en cuanto se constituya el nuevo Parlamento, donde contará probablemente con dos tercios de los 199 escaños que tiene la cámara, se aprobarán las leyes previstas para controlar a las organizaciones no gubernamentales.
Recordó que «ya en febrero» fueron presentadas al Parlamento esas normativas, que entre otros aspectos contemplan que las ONG paguen impuestos extraordinarios del 25 % y la imposición de restricciones de acceso a áreas donde hay inmigrantes.
Muchos de esos grupos de la sociedad civil, son críticos con el Gobierno de Orbán, que ha evidenciado la conexión entre estas organizaciones y la llegada masiva de inmigrantes económicos.
«Nuestro apoyo fue claro, es un mandato muy fuerte», dijo Orbán en alusión al triunfo en las urnas de su partido, el Fidesz, con el 49 por ciento de los votos, más de 4 puntos porcentuales por encima del resultado anterior cosechado en 2014.
«Los húngaros han decidido que son ellos quienes pueden determinar con quién quieren convivir», añadió el líder húngaro, en referencia a la exigencia de la Comisión Europea (CE) de que Budapest admita un contingente de refugiados procedentes de Italia y Grecia.
Hasta ahora, el Gobierno de Orbán se ha negado tajantemente a aceptar el sistema de reparto mediante cuotas de solicitantes de asilo entre los socios comunitarios.
La presentación del paquete de leyes «¡Stop Soros», llamado así en alusión al magnate estadounidense de origen húngaro George Soros que ha puesto en marcha una campaña en favor de la inmigración masiva, ya desató una expectación sin precedentes en el país y las críticas de buena parte del establishment.
Sea como sea, está claro que Orbán tiene por delante un mandato de cuatro años -el tercero consecutivo y el cuarto en la historia del país- sin una fuerte oposición, pues casi todos los partidos, salvo el Fidesz, están en crisis.
El presidente de la formación de extrema derecha Jobbik (la segunda más votada, con el 19 % de los apoyos), Gábor Vona, renunció al cargo y a su escaño parlamentario tras conocerse el resultado de los comicios.
Lastrada por discusiones internas, esa fuerza política, que en los últimos tiempos se inclinó hacia el centro en un intento de conquistar votantes más moderados, puede sufrir una ruptura.llenar el país de extracomunitarios musulmanes
Una situación similar se da en el ecologista LMP (con 6,9 % de los votos), cuyo copresidente Ákos Hadházy ha anunciado su dimisión.
Sobresale aún más la crisis del Partido Socialista (MSZP), hasta ahora la tercera formación del país, descalabrado después de que la dirección entera dimitiera ante el escuálido apoyo obtenido en las urnas, del 12 %.
El activista Márton Gulyás ha hecho un llamamiento a los diputados opositores para que no ocupen sus asientos en el nuevo Parlamento.
«Los opositores que se valoran a sí mismos no ocuparán sus escaños en una situación humillante como esta porque no se trata de nada más que de asegurar la comedia de la democracia», dijo Gulyás, sin que hasta el momento se conozcan las reacciones de los parlamentarios.

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